Viajes el Corte Inglés (P)
Primeriti - Outlet ECI (C)
Viajes el Corte Inglés (P)
Mister Spex (P)
Oneill Eshop
Lets Bonus
domusselecta.com - Selección de hoteles
Viajes el Corte Inglés (P)
Privalia ES (C)
Eurostars Hotels
Viajes el Corte Inglés (P)
Banner
Hotelius.com - La mejor selección de hoteles
Crucerospromo.es
Destinia (P)
Viajes el Corte Inglés (P)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



MUSEOS
Biblioteca de Menéndez Pelayo
Casa Museo de Tudanca
Casas del Aguila y La Parra
Colección de Reinosa y Museo al aire libre de Las Fuentes
Colección del Ateneo de Santander
Colección del Parlamento de Cantabria
Colección Etnográfica el Pajar en Proaño
Colección Municipal de Arte de Miengo
Colección Municipal de Arte de Santoña
Colecciones y Patrimonio de Caja Cantabria
Museo Cartográfico Juan de la Cosa
Museo de Bellas Artes de Santander
Museo de La Inquisición. El Solar
Museo de Las Tres Villas Pasiegas
Museo de Prehistoria y Arqueología
Museo del Queso
Museo Diocesano Regina Coeli
Museo el Hombre y el Campo
Museo Etnográfico
Museo Jesús Otero
Museo Marítimo de Cantábria
Museo Municipal de Bellas Artes
Museo Naturaleza



Biblioteca de Menéndez Pelayo
Dotado de una inteligencia sobresaliente, el santanderino Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) consiguió en 1878, con sólo 22 años, la cátedra de Historia crítica de la Literatura Española de la Universidad Central de Madrid por la que había obtenido la licenciatura y el doctorado en Filosofía y Letras. En 1881 ingresó en la Real Academia Española de la Lengua y posteriormente entró a formar parte de las reales academias de la Historia (1883), de Ciencias Morales y Políticas (1889) y de Bellas Artes de San Fernando (1892). En 1898, en el mismo año que fue nombrado director de la Biblioteca Nacional abandonó la cátedra para dedicarse de manera exclusiva al estudio. La rigurosa labor investigadora que Menéndez Pelayo realizaró a lo largo de su vida le convirtió en uno de los mayores historiadores de la literatura española, una tarea que él abordó como la elaboración de "una obra de arte". A su muerte, en 1912, Menéndez Pelayo legó a la ciudad de Santander la biblioteca que fue formando a lo largo de su vida que él estimaba como la "única obra mía de la que me encuentro medianamente satisfecho". Para ubicarla se decidió construir un edificio de nueva planta que sustituyera al original utilizado por don Marcelino y donado por éste a la ciudad. En el pequeño solar contiguo a la casa donde había nacido y vivido el polígrafo se elevaba un pabellón levantado en 1892 que había hecho las veces de despacho y biblioteca. El arquitecto castreño Leonardo Rucabado (1875-1918) se encargó en 1917 de diseñar en el mismo solar el proyecto para las bibliotecas municipal -actual museo de Bellas Artes- y Menéndez Pelayo. El arquitecto respetó la estructura en tres naves del pabellón original, la central cubierta con una vidriera con el escudo real de España y las ventanas laterales con los escudos de las universidades Complutense, de Salamanca, Central y de Barcelona. En 1923, con la presencia de Alfonso XIII, se inauguró el conjunto. El estilo de ambas construcciones es una suma de citas historicistas que van desde el herreriano al barroco de los palacios montañeses. En el patio de piedra, frente a la fachada principal de la biblioteca, se instaló una escultura de Mariano Benlliure dedicada a Marcelino Menéndez Pelayo.





Casa Museo de Tudanca
La Casa Museo de Tudanca, también conocida como Casona de Tudanca, es una casa museo de escritor, es decir, está concebido el museo en torno a la figura de Don José Mª de Cossío y Martínez-Fortún. Ubicado en una casona del siglo XVIII en el pueblo de Tudanca, en el curso medio-alto del río Nansa, dentro de la Reserva Nacional del Saja, en la zona occidental de Cantabria. El museo se constituyó por deseo del propio Cossío, que cedió la Casa y todo lo que contenía en 1975 a la Diputación Provincial de Santander para que pasara a ser de su propiedad a su muerte, lo que sucedió en 1977. En la actualidad forma parte de la red de Museos del Gobierno de Cantabria, como heredero de la desaparecida Diputación Provincial, a través de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte.





Casas del Aguila y La Parra
Las Casas del Aguila y La Parra se encuentran en la Plaza Mayor de Santillana, junto al Ayuntamiento. La primera se construyó en el siglo XVI, y en el siglo XVII se concluyó la segunda. Para comunicar las casas se cerró el corredor existente entre ambas con una pequeña estructura de dos alturas. Fueron adquiridas por la Diputación Regional de Cantabria a principios de los años ochenta y el arquitecto García Negrete fue el responsable de su rehabilitación. El propósito era convertirlas en sede de un Centro de Arte, sin embargo, a finales de los ochenta se decidió dedicarlas a Museo de las Comarcas de Cantabria y entre los años 1988 y 1991 acogieron varias exposiciones de carácter etnográfico. La estructura de madera del interior de las Casas del Aguila y La Parra es verdaderamente hermosa y no parece mal contenedor para una muestra de arte. Pero puede ser precisamente su antigua e "incómoda" estructura de pequeños e irregulares espacios uno de los mayores lastres a la hora de abordar grandes proyectos expositivos. El espacio dedicado a la exhibición pudiera ser insuficiente para posteriores adquisiciones y donaciones o para la instalación de una biblioteca, un centro de documentación o unos talleres de conservación y restauración, siempre en el caso de que las Casas del Aguila y La Parra fueran a ser centro permanente de la colección de arte actual del Gobierno Regional.





Colección de Reinosa y Museo al aire libre de Las Fuentes
La colección de arte del Ayuntamiento de Reinosa, que cuenta en la actualidad con casi 80 piezas, no es una muestra al uso formada a partir de compras y donaciones. Han sido los concursos Casimiro Sainz, y posteriormente el Sánchez Díaz, prácticamente las únicas vías de entrada del arte en el patrimonio actual del consistorio. Las obras se encuentran repartidas entre las distintas dependencias municipales, en la Casa de la Cultura Sánchez Díaz y en La Casona. En la plaza de España se encuentra la sede consistorial, un bloque de tres alturas de tiempos de Fernando VII. Sustituyó a la primitiva construcción del siglo XVIII, derribada tras sufrir graves daños durante la ocupación francesa. Sus dependencias se extienden por los torreones adyacentes que en la Edad Media tuvieron una función defensiva, más tarde se convirtieron en residencias y en 1829 se unieron al ayuntamiento. La Casa de la Cultura y la Casona son otros edificios municipales emblemáticos. Esta última es un enorme palacio del último tercio del siglo XVII situado en la Avenida del Puente de Carlos III, en lo que un día se conoció como camino real. Desde su rehabilitación en la pasada década alberga las exposiciones temporales. La "Casuca La Ascensión", hoy Casa de Cultura, perteneció a Ramón Sánchez Díaz, escritor local que donó el edificio y su biblioteca a Reinosa. Es un bloque de fines del XIX que reúne elementos del llamado regionalismo arquitectónico. Al lado se puede ver un busto de Menéndez Pelayo, obra del escultor Jesús Otero. En mayo de 1999 se inauguró en Reinosa un museo al aire libre en el que se pretenden reflejar algunos modos de vida de los habitantes de la comarca de Campoo a través de sus actividades económicas: agropecuarias, artesanales e industriales. La muestra está compuesta por objetos comprados o cedidos y orientada principalmente a grupos escolares para lo que se ha elaborado un cuaderno de trabajo. Se trata de una de las iniciativas promovidas por el Programa Leader II, gestionado por la Agencia de Desarrollo de Campoo. Su objetivo es el de promover nuevos atractivos y elementos de desarrollo en la comarca. Han sido financiadas con fondos de la Unión Europea y otras administraciones públicas, entre ellas el propio Ayuntamiento. A lo largo del pequeño estanque que forma el agua, varios paneles informativos guían al visitante a lo largo del recorrido en el que destaca la variedad de árboles autóctonos. Inicialmente se describen las características geográficas, económicas y sociales de Campoo, así como la fauna, el clima, la población, el empleo, los recursos, etc.





Colección del Ateneo de Santander
El 10 de enero de 1914 don Álvaro Pombo proclamaba "Intentemos crear la casa de la intelectualidad montañesa". Con esta declaración, hecha ante un grupo de ilustres santanderinos en una de las tertulias que tenían lugar en su casa, daba a conocer su propósito de impulsar la creación de una asociación cultural en la capital montañesa, a imagen de otras aparecidas en distintas ciudades españolas. La nueva institución tenía en Santander varios antecedentes: el Liceo Artístico y Literario inaugurado en 1841, con la publicación "El Buzón de la Botica" como su expresión literaria; el Ateneo Mercantil, Industrial y Recreativo fundado en 1865, que a lo largo de ocho años se ocupó de "cultivar los estudios científicos, literarios y de bellas artes"; y el último y más cercano ejemplo, el Casino Montañés, donde se celebraron numerosas veladas literarias y musicales, además de ser el germen de la futura Biblioteca Municipal. El 1 de mayo de 1914 se celebró la sesión constitutiva del Ateneo en los salones de la Diputación Provincial. La asociación alquiló el céntrico Salón Variedades, un local en desuso por la competencia de otros lugares de espectáculo, para convertirlo en su sede, aprovechando el auditorio para impartir conferencias y las depedencias para ubicar en ellas la biblioteca que, con el tiempo, acabaría por convertirse en una de las mejores de la región. En la actualidad alcanza casi los 20.000 volúmenes. La sesión inaugural del Ateneo se celebró el 29 de julio de 1914 en el Teatro Principal y fue presidida por Alfonso XIII, quien donó quinientos volúmenes a la biblioteca de la institución. En otoño de ese mismo año se organizó la primera conferencia pública pronunciada por Gonzalo Cedrún de la Pedraja que habló sobre "El servicio militar como servicio público". En aquel tiempo la asociación tenía en funcionamiento las secciones de Bellas Artes, Historiografía Montañesa, Música, Literatura y Ciencias Morales y Políticas, que apenas han variado durante su ya casi centenaria vida. El 6 de enero de 1917 un incendio destruyó la sede del Ateneo. Provisionalmente, la Institución buscó acomodo en la calle Lepanto. La biblioteca comezó a rehacerse y algunos pintores donaron obras para decorar las nuevas paredes. En 1921 el Ateneo se instaló en un local en la esquina que formaban las calles San José y el Arcillero. La nueva sede se levantó en el solar donde había estado el Teatro Principal desde 1839, devorado por el fuego en 1915. El arquitecto Valentín R. Lavín del Noval decidió recordar el anterior edificio conservando en la fachada del nuevo local cuatro arcos de la antigua entrada. Las instalaciones del Ateneo casi se salvaron totalmente del incendio que destruyó el centro de Santander en 1941. Allí continuó desarrollando sus actividades. Sin embargo, las obras de reconstrucción de la ciudad obligaron a cerrar en 1948, tras una conferencia de Eugenio D´Ors sobre "Libros de caballerías". Se inició una etapa provisional en la calle de los Escalantes que concluiría en 1961. Cuando se planificó la reconstrucción de la zona destruida por el incendio del 41, la Dirección General de Arquitectura y los técnicos municipales desarrollaron el proyecto de levantar una plaza denominada de Velarde, conocida desde el comienzo como "plaza Porticada". Dos estrechos pasos denominados como recuerdo histórico del Arcillero y de la Puntida permitían acceso a la calle Rualasal. El traslado de 1961 llevó al Ateneo al pasaje del Arcillero. Después de una larga negociación en la que intervinieron el Gobierno regional, Caja Cantabria y el Ateneo, éste estrenó en 1989 su nueva sede en la esquina de las calles Gómez Oreña y Pedrueca, en un edificio reformado en 1984 que había sido construido en 1935 para Ateneo Popular sobre un proyecto de Deogracias M.Lastra. El traslado coincidió con la celebración del setenta y cinco aniversario del inicio de sus actividades. Con este motivo, organizó una muestra en el Palacete del embarcadero en la que se reunieron parte de sus fondos artísticos. La actual sede es una cosntrucción de corte racionalista de tres alturas. El interior del edificio que había sido utilizado como residencia de estudiantes fue totalmente reformado. En la planta baja se instaló el salón de actos; en la primera la biblioteca y las dependencias administrativas; en la segunda la cafetería y salón social; y en el tercer piso se instaló el Centro de Estudios Montañeses.





Colección del Parlamento de Cantabria
El Parlamento Regional de Cantabria se ubica en el que hasta principios de siglo fue el Hospital de San Rafael. El edificio se encuentra frente al antiguo Convento de las Clarisas, convertido en fábrica de tabacalera desde la desamortización del siglo XIX. La fachada principal se abre a la calle Alta, de gran solera en Santander como antiguo barrio de pescadores. El incendio y la acelerada reconstrucción y reordenación de la ciudad dejó aislado este barrio, que sufrió un rápido proceso de degradación. San Rafael fue construido al albor de la fundación de los primeros hospitales modernos de nuestro país. El arquitecto municipal de origen vasco José Alday Hernández se encargó del proyecto en 1791, y fue levantado rápidamente gracias, principalmente, a muchas colaboraciones particulares. El hospital atendió durante el siglo XIX a personas con menos recursos que eran cuidados por religiosas. En 1928 comenzaron las obras del actual hospital de Valdecilla, cuya apertura significó el cierre de San Rafael, abandonado durante casi cincuenta años. En los años setenta se llevaron a cabo una serie de actuaciones en el edificio basadas en los estudios que el arquitecto Ángel Hernández Morales. Las obras sirvieron para reforzar las estructuras de la construcción que se encontraban en un avanzado estado de deterioro. La titularidad de las obras de esta colección corresponde al Gobierno de Cantabria, aunque de hecho pertenezcan al Parlamento que es quien ha ido formando la misma. En los últimos tres años se ha consignado en los presupuestos una partida específica para adquirir nuevas obras; en el último ejercicio ascendió a 6 millones. La Mesa del Parlamento es, en último término, la responsable de aprobar la compra de las obras o de la aceptación de las posibles donaciones. En la legislatura que finalizó en la primavera de 1999 la Mesa atribuyó a los parlamentarios Antonio Vara Recio y Rosa Inés García la función de proponer, buscar y mediar en las nuevas adquisiciones, así como el concertar las exposiciones que se han llevado a cabo en el espacio del patio del edificio. Una de las formas de adquirir nuevas obras es precisamente la organización de muestras, al término de las cuales el autor debe dejar aquella que haya elegido personalmente. El Parlamento se encarga de realizar un catálogo o folleto.





Colección Etnográfica el Pajar en Proaño
Aprovechando las herramientas que había en la casa familiar, Luis Ángel Moreno Landeras comenzó hace dos décadas a recoger materiales etnográficos en la comarca de Campoo. Los piezas reunidas, gracias a donaciones e intercambios con parientes y amigos, aumentaron poco a poco hasta alcanzar casi 1.200. Con un acertado criterio, Moreno Landeras ha elaborado un registro de los objetos, donde ha consignando numerosos datos como su procedencia, utilidad, material con el que están elaborados, medidas..., además de incluir un dibujo o fotografía del mismo. La muestra está repartida entre distintos espacios de su vivienda de Proaño, el jardín, el garaje, y, sobre todo, entre el antiguo establo y el inmenso y acogedor pajar que se encuentra encima de la casa y da nombre a la muestra. Las labores del campo ocupan parte destacada en la colección de Proaño con instrumentos que eran utilizados en las distintas tareas, desde la preparación de la tierra para la siembra hasta la posterior recolección. Se pueden ver varios tipos de arado y su posterior evolución a vertedera y braván. También se muestran hoces con su zoqueta de madera en la que se introducían los dedos para protegerlos de posibles cortes; el dalle o guadaña, el martillo para picarlo sobre un pequeño yunque y la piedra para afilarlo llamada pizarra, guardada a remojo en la colodra. El trillo de la zona de Campoo, de roble y con cantos de agua incrustados, y otro de Cantalejo (Segovia) con piedras de sílex incrustadas en madera de pino. Se muestran los objetos utilizados en la fabricación del pan, como el molino, la artesa, las raederas para limpiarla, los cedazos y la trepa para limpiar el suelo del horno. También se enseña una sulfatadora de principios de siglo con la que se rociaban los patatales para matar el escarabajo.





Colección Municipal de Arte de Miengo
Bastantes colecciones, incluidas las de arte, surgen casi por casualidad. Llega un momento en que el conjunto de objetos que poco a poco se han ido sumando alcanza tal número o entidad que parecen al poseedor como una unidad. Esta muestra, que alcanza las casi 80 piezas, fue formada de este modo, de forma casi involuntaria, a partir de las donaciones hechas por aquellos artistas que han expuesto durante los últimos años en la sala municipal Robayera, en Miengo. A finales de la década de los ochenta, gracias a la iniciativa de Faustino Cuevas y sobre todo al trabajo y al entusiasmo de Juan Manuel Puente Rivero, se rehabilitó la planta baja del consistorio, convirtiéndola en sala de exposiciones. El espacio se inauguró en 1989 con una selección de trabajos del propio Puente, quien desde entonces se ha encargado de conducir las actividades desarrolladas en la llamada sala Robayera. La intimidad de la pequeña galería en una situación excéntrica de los círculos expositivos usuales, y enclavada en un hermoso paraje natural, ofrece de por sí un buen incentivo para los creadores. Está a medio camino entre Santander y Torrelavega, junto al mar, en una zona de la costa que se ha salvado, en parte, de la termita urbanizadora mas agresiva. Durante los años noventa, las buenas relaciones del director de la sala con muchas personas del mundo de la cultura, y el prestigio de los proyectos y propuestas que se desarrollan en Miengo, atraen al lugar a prestigiosos artistas de la región y nacionales como Ángel Schloesser, Antoni Tàpies, Josep Guinovart, Carmen Calvo, Miguel Ángel Campano, Eduardo Chillida... Para muchos de los invitados las muestras de la sala Robayera han supuesto su primer acercamiento al público cántabro. Es frecuente en el resto de Europa, la existencia y apertura de espacios culturales en zonas rurales, para apoyar indirectamente al desarrollo económico del territorio y descentralizar la oferta de las grandes concentraciones urbanas. Robayera fue un ejemplo absolutamente novedoso en Cantabria. Se sumaba a proyectos de otras regiones, como el caserío-museo de Zabalaga, dedicado a Chillida, o la vieja fábrica de moler harina junto al Canal de Castilla en la población palentina de Abarca, habilitada para propuestas vanguardistas.


Colección Municipal de Arte de Santoña
A comienzos de la década de los ochenta, el pintor y concejal Ángel González Doreste y varios compañeros de la corporación municipal propusieron destinar una parte del presupuesto municipal a la adquisición de obras de arte. Fruto de aquella idea, absolutamente innovadora entonces, es la actual presencia en las dependencias del Ayuntamiento de un número importante de trabajos de destacados autores españoles contemporáneos. Desde sus inicios la colección se centra en la pintura figurativa. En 1997 se publicó un catálogo en el que se reproduce una selección de obras. En la actualidad, el número de piezas se aproxima a las 160, entre pinturas, grabados y esculturas. La mayor parte de las creaciones se distribuyen por los pasillos y estancias del edificio consistorial. Un bodegón de Ángel González Doreste se puede considerar el punto de partida de la colección. En el reverso de este lienzo el pintor escribió precisamente: "donación que hago al Excelentísimo Ayuntamiento de Santoña como inicio de la creación de un patrimonio artístico para la villa. Santoña 5 de Febrero de 1980". Los trabajos adquiridos en estas dos últimas décadas reúnen a autores consagrados de la pintura española contemporánea junto a obras de autores jóvenes, en su mayoría locales. Por otro lado, la Casa de Cultura acoge muestras temporales de arte. En este lugar, rehabilitado en 1994 sobre un proyecto de José Ángel Rueda, se desarrolla la programación durante todo el año. Además de las tradicionales exposiciones de pintura y escultura también se acogen muestras de fotografía y otras manifestaciones contemporáneas.




Colecciones y Patrimonio de Caja Cantabria
El espíritu no lucrativo con que nacieron las cajas de ahorro sigue presente y se manifiesta en la aplicación de la mayor parte de sus beneficios a la promoción, desarrollo y consolidación de numerosas actividades que tienen como destinatarios los habitantes de la región en la que se encuentran. La idea de ir formando una colección propia es reciente y sorprende por el ingente y espléndido número de obras que se han reunido en poco menos de diez años. Por el momento sólo es posible acercarse a aquellas que se encuentran repartidas en distintos espacios del edificio Modesto Tapia de la calle Tantín, en Santander, y en el Palacio Peredo-Barreda en Santillana del Mar, cuya visita es restringida mientras se construye un edificio anexo que albergará parte de los fondos. Las colección de arte de Caja Cantabria supera en la actualidad el millar de objetos tanto de pintura, escultura, fotografía, artes decorativas como muebles. También cuenta con una importante biblioteca de libros antiguos.





Museo Cartográfico Juan de la Cosa
El museo cartográfico Juan de la Cosa está ubicado en un antiguo caserón a orilla del río Quiviesa y junto al puente medieval de San Cayetano, en el centro de Potes, villa conocida como la de los cinco puentes. Sobre la fachada principal de piedra se puede ver el escudo con las armas del linaje de la Canal. Debajo aparece una inscripción con la leyenda que explica su contenido: "esta cruz con dos estrellas, al pasado aparecieron, cuando a los moros vencieron y ganó cinco banderas". Fredo Arias de la Canal, residente en México y descendiente de la familia que habitó la casona, decidió rehabilitar la construcción para convertirla en sede de la Fundación que lleva su nombre y en Casa de Cultura de la localidad, manteniéndose como propiedad privada. La colección de mapas que compone la muestra se ubica en los bajos del edificio. El amplio vestíbulo de entrada sirve para albergar muestras temporales. En las paredes que enmarcan la escalera se han colocado los textos de un poema de Francisco de Quevedo y otro del propio Arias de la Canal, poeta y propietario de la editorial Frente de Afirmación Hispanista. En los espacios superiores se encuentra otra sala de exposiciones y un salón dónde se desarrollan las actividades educativas y divulgativas que acoge esta Casa de Cultura.





Museo de Bellas Artes de Santander
Las autoridades municipales de Santander decidieron crear este museo en 1908, ubicándose temporalmente en varias salas del Ayuntamiento los objetos artísticos, históricos, etnográficos y naturales. En 1925, la institución abandonó su sede provisional y se instaló en la planta superior de lo que entonces era la biblioteca municipal con la que compartió espacio hasta los años setenta. En 1941 se denominó Museo de Pinturas, aunque fue en 1947 y 1948, bajo la dirección de José Simón Cabarga, cuando se decidió su especialización en bellas artes, conociéndose desde 1958 como "Museo de Bellas Artes". El cambio en los gustos y el aumento de obras, ha obligado a sucesivas redistribuciones de la exposición y a una ampliación del espacio. Las últimas y más importantes reformas vienen de la mano de los últimos directores: Fernando Zamanillo y Salvador Carretero Revés, responsable de la institución desde 1990.





Museo de La Inquisición. El Solar
El Solar está ubicado en un edificio de propiedad particular en Santillana del Mar, a medio camino entre la plaza del Ayuntamiento y la Colegiata. En él se exhibe una colección privada de "instrumentos europeos de tortura y pena capital". Se trata de una muestra formada por algo más de medio centenar de piezas que se expusieron por primera vez en 1983 en Florencia. El conjunto ha sido reunido por un grupo de ciudadanos europeos y americanos y abarca instrumentos utilizados desde comienzos del siglo XIV hasta finales del diecinueve. Hay objetos originales, adquiridos a anticuarios o recogidos en diferentes lugares, así como varias reconstrucciones a partir de piezas o fragmentos de los originales. La colección lleva el título genérico "Inquisición", pero es más un reclamo ya que el Santo Oficio no utilizó la mayor parte de estos instrumentos. De hecho, la práctica de la tortura era algo generalizado en los tribunales penales de toda Europa y en otras instituciones similares a nuestra Inquisición que existieron en países católicos y protestantes de todo occidente. Instrumentos de tortura, exhibidos en algunos marcos singulares, sirven de soporte de algunas exposiciones. Una muestra de instrumentos de tortura es la que puede verse en algunas de las salas del Castillo de los Condes de Flandes en la ciudad belga de Gante. Aunque el grueso de la muestra se encuentra en una sala del primer piso del edificio, a ambos lados del jardín de la entrada se han instalado instrumentos de gran tamaño, a los que se han acoplado, como elementos decorativos, esqueletos simulados. Se puede ver un verdugo de ultratumba con un hacha, que conserva la hoja italiana original del siglo XVII con la que se cercenaban la cabeza o los miembros. También hay jaulas colgantes de hierro del siglo XVIII y de madera, restauradas en 1982, en las que se encerraba a los reos; una reconstrución de un potro de escalera, el suplicio del suspendimiento, una guillotina y dos ruedas de despedazar reparadas a partir de elementos auténticos. En la escalera de acceso a la sala de exposición se han colocado una serie de paneles con imágenes y una copia del sello de la Inquisición española, poderosa organización de carácter represivo nacida para preservar la pureza del catolicismo, que actuó con diferente intensidad entre 1480 y 1834. Los objetos del primer piso se distribuyen por un amplia estancia en la que, con una iluminación determinada, se busca reproducir un ambiente tenebroso. Están acompañados de paneles informativos y numerosas reproducciones de ilustraciones y grabados con truculentas imágenes.





Museo de Las Tres Villas Pasiegas
Los pasiegos somos los grandes desconocidos de Cantabria", afirma con cierto orgullo Marian, la guía del Museo de las Tres Villas Pasiegas. Probablemente tenga razón. A pesar de ser una de las poblaciones más renombradas de la región, su peculiar manera de ser los hace en ocasiones extraños y ajenos para el resto de la Comunidad. Esta realidad humana y social se ha visto lastrada en bastantes ocasiones por apriorismos y tópicos que han dado como resultado una difusión distorsionada y pintoresca de ellos. San Pedro del Romeral con 800 habitantes, San Roque de Riomiera con 500 y Vega de Pas con 1.053, son las tres villas pasiegas; en esta última se ubicó la exposición monográfica dedicada a las formas de vida en esta comarca. Se trata de una zona de indudable atractivo etnográfico, la gente se dedica principalmente a la ganadería -800 personas en Vega de Pas- y la forma de explotación es singular. Se traslada el ganado de un lugar a otro en lo que se conoce como muda; esta circunstancia condiciona y determina otros aspectos de una existencia semitrashumante. La iniciativa de abrir este museo parte de la Asociación Científico Cultural de Estudios Pasiegos. Este colectivo, que en la actualidad está formado por casi trescientas personas, se ha dedicado al estudio, fomento, promoción y difusión de la cultura y hábitat pasiegos. El museo fue inaugurado por Joaquín González Echegaray en 1989, como complemento a otras actividades de la asociación. Todos los objetos fueron donados por los vecinos de la zona que respondieron de forma admirable al llamamiento popular. Las piezas son restauradas al entrar en el museo y en la actualidad están en proceso de catalogación. La colección se exhibe en la ermita de San Antonio, del siglo XVIII, cedida por el Ayuntamiento. Se trata de una construcción de piedra y argamasa de planta cuadrada y tejado a dos aguas. Las dos plantas que han resultado de la reordenación del interior intentan reproducir el aspecto de una cabaña tradicional. El pasiego cambia de residencia varias veces al año en busca de nuevos pastos para las reses, ésto hace que las viviendas sean muy sencillas y totalmente funcionales. La parte baja se destina a establo y la superior, llamada tascón, a vivienda y almacén de hierba seca. Salvo la escalera, que en el museo es interior y en las auténticas cabañas exterior, el visitante se encuentra con una réplica exacta. El suelo es de canto rodado en el piso bajo y de madera en el resto. La distribución del museo en dos plantas sirve para crear espacios diferentes. En la superior (el tascón), una serie de paneles, fotografías y elementos introducen al visitante en el entorno físico, histórico y familiar de los pasiegos. En el establo se exhiben numerosos objetos relacionados con su trabajo como ganaderos y las distintas actividades y oficios en que han participado. Este área, a su vez, se ha reducido y dividido en dos partes, en la posterior se encuentra el archivo del Ayuntamiento de Vega de Pas, del que el Museo hace las veces de depósito.




Museo de Prehistoria y Arqueología
El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, es uno de los centros de referencia de importancia internacional para el estudio y contemplación de una de las colecciones más ricas de arte mueble del Paleolítico Superior. Desde diciembre de 2001 y tras un proceso de redefinición tanto de su espacio como de sus contenidos, se pueden ver en la actual sala de exposición nuevos materiales arqueológicos, procedentes de las últimas campañas arqueológicas llevadas a cabo en la región. Así junto a las incorporaciones de materiales de yacimientos arqueológicos ya clásicos, como El Pendo, Altamira, Castillo, Iuliobriga o Flaviobriga, podemos ver representados otros nuevos, entre los que destacan La Garma, La Fragua, Peña Oviedo, Portillo del Arenal, Peña de Santullán, cueva del Aspio, La Espina del Gallego, Cueto del Agua, etc. A esto hay que añadir las mejoras introducidas en materia de conservación e iluminación, la creación de nuevos elementos expositivos y la puesta al día, con la redacción de nuevos textos, del estado actual de las investigaciones, estableciendo un recorrido secuencial basado en criterios cronológicos. Además se han incorporado al discurso expositivo una película de La Garma rodada por Javier Trueba, una base de datos sobre el Arte Paleolítico en la Cornisa Cantábrica elaborada por la Universidad de Cantabria y la empresa japonesa Texnai, la reconstrucción digital de la Villa de Camesa-Rebolledo y de las Cuevas de Monte Castillo en Puente Viesgo, producidas estas dos últimas por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria, y la reconstrucción digital realizada por Caja Cantabria de la Casa de los Morillos de la ciudad romana de Iuliobriga.





Museo del Queso
Junto a los grandes centros comerciales construidos a las afueras de Santander, en uno de los pabellones del puerto de Raos se encuentra la que quizá sea una de las mejores colecciones de Europa de objetos relacionados con la fabricación del queso. La muestra reunida por el químico Manuel Arroyo González resume sus más de cincuenta años dedicados a las industrias lácteas. Después de doctorarse en Ciencias Químicas abrió uno de los primeros centros de la región dedicados al análisis de la leche. Con el paso de los años inauguraría otras sedes; sin embargo, fue a raíz de la apertura de los Laboratorios Arroyo en Santander cuando Manuel y su hermano Ramón comenzaron a coleccionar materiales relacionados con la elaboración del queso. A partir del fallecimiento de Ramón en 1967, escribe Manuel "he continuado la tarea con la ayuda de mi esposa Carmen". En la actualidad los fondos suman más de 3.000 piezas y la biblioteca especializada custodia cerca de 2.000 tomos, varios cientos de artículos periodísticos y cerca de una veintena de tesis doctorales relacionadas con los productos lácteos. La mayor parte de las piezas han sido donadas por empresas y pequeños artesanos. La colección se extiende más allá de la fabricación de los productos derivados de la leche para abarcar numerosos aspectos etnográficos, científicos e históricos que han interesado a Manuel Arroyo a lo largo de su vida.




Museo Diocesano Regina Coeli
El Museo Diocesano de Santander fue inaugurado en 1969 siguiendo una iniciativa del obispo Vicente Puchol, fallecido dos años antes -en la fecha de apertura era cabeza de la diócesis Alonso Vicens Martínez-. El nuevo centro nació con el propósito inicial de preservar numerosas imágenes y objetos que corrían el peligro de malograrse, en muchos casos merced a la pérdida de su función práctica y su consiguiente retirada de los templos en cumplimiento de las directrices emanadas del Concilio Vaticano II. El museo, que reunió piezas cedidas en depósito por las distintas parroquias de la región, se ubicó en el convento Regina Coeli de Santillana del Mar, haciéndose cargo de su montaje y conservación el capellán del mismo Antonio Niceas Martínez. El obispo Juan Antonio del Val Gallo impulsó en 1973 diversas reformas y ampliaciones que permitieron la instalación de una muestra formada por cerca de 800 piezas y, un año después, del Archivo Diocesano de Santander en las mismas dependencias conventuales. Ambas instituciones están dirigidas desde el 2 de febrero de 1980 por Enrique Campuzano.




Museo el Hombre y el Campo
Atravesando por la carretera nacional 623, dirección a Burgos y a unos 40 kilómetros de Santander, se encuentra el municipio de Corvera de Toranzo. Los barrios y lugares que lo componen forman un atractivo conjunto de casonas, torres y palacetes barrocos. La iglesia es también un edificio singular construido en el siglo XVIII. San Vicente de Toranzo es la pequeña capital del lugar. La población del extenso valle de Toranzo, ordenada territorialmente en torno al curso del río Pas, eje natural de los asentamientos, ha vivido y continúa vinculada a la explotación del ganado vacuno, junto a industrias como la maderera y agroalimentaria. La hostelería, que ya representaba buena parte de los ingresos de las vecinas Puente Viesgo y Vega de Pas, está adquiriendo una importancia complementaria en la economía de la zona. Es en este lugar donde se ha creado el Museo del Hombre y el Campo partiendo de una colección privada. La iniciativa, que sigue una práctica común a diversas zonas rurales europeas, tiene el objetivo de ser un foco de intereses para una comarca que tiene como amenaza el futuro acceso a la Meseta por Reinosa. En definitiva, se trata de una zona rural que necesita actividades que supongan un valor añadido y que pongan en valor su potencial para mejorar el nivel de renta y la calidad de vida de sus habitantes e incentivar un desarrollo sostenible que haga posible la permanencia en condiciones de dignidad de quienes allí viven. La colección ha sido reunida por Carlos López d´Herf a lo largo de la década de los noventa, quien dedica prácticamente todo su tiempo libre a recoger y adquirir piezas. La inauguración data de 1998, contando el museo con el y patrocinio del ayuntamiento de Corvera de Toranzo. Los fondos, que en la actualidad superan el millar, son de muy diversa procedencia y antigüedad y tienen por nexo de unión el compartir un origen y uso agrícola y ganadero. De este modo se han salvado de su desaparición a instrumentos y aperos abandonados al incorporarse las máquinas y los nuevos métodos de cultivo y trabajo en el campo. En un futuro, una posible colaboración con las instituciones podría facilitar la realización del inventario y catalogación de este patrimonio etnográfico.




Museo Etnográfico
Inaugurado el 12 de octubre de 1966, sus fondos están integrados por objetos etnográficos de distinta cronología, de diferentes estilos, de diversa utilidad y de variada procedencia, dando lugar a notables colecciones museográficas entre las que hay que resaltar: los muebles populares, los útiles de cocina, las herramientas de oficios tradicionales, así como destacadas piezas singulares de gran valor patrimonial muy representativas de la cultura material de la región. Una de las más importantes tareas del museo es traer ante los ojos de sus visitantes las más fascinantes historias del hombre: mostrar como ha construido su conocimiento sobre el mundo en que vive, cómo han evolucionado sus modos de vida, sus artes, oficios y tradiciones, recuperando aquellos objetos que a lo largo de la historia constituyeron el bagaje material característico de la sociedad rural. Y además obtener toda la información posible sobre su circunstancia: destino, uso, etc.; en suma, todo aquello que nos permita acercarnos a las costumbres de la vida rural tradicional de Cantabria.




Museo Jesús Otero
Poco después de la muerte de Jesús Otero en 1993 se inauguró en Santillana del Mar un espacio expositivo destinado a dar a conocer su obra. La escuela taller de Santillana rehabilitó el abandonado cuartel de la Guardia Civil, convirtiendo el terreno del que disponía la finca en un jardín. El edificio se encuentra en la plaza del Abad Francisco Navarro, junto a la Colegiata, a pocos pasos de la calle Antón donde está la casa que habitó el escultor. La construcción, con muros de piedra caliza y tejado a dos aguas, se integra en el entorno. Alberga, además de varias salas dedicadas a Jesús Otero, la biblioteca municipal y una sala de exposiciones temporales que comparten el Museo y el municipio. Las obras de Otero no necesitan de complicadas interpretaciones o justificaciones para existir, son suficientemente sencillas y expresivas como para pulsar nuestra emoción directamente. Podemos trazar el recorrido estilístico que nos conduce hasta su trabajo estableciendo similitudes con el arte románico, la tradición de la escultura arcaica griega, etc. Sin embargo, probablemente no hagamos más que confundir y enrevesar un discurso que no es oscuro ni en sus obras más simbólicas y complejas iconográficamente. La misma inmediatez y cercanía encontramos en la personalidad apacible y cercana de Jesús Otero, observador consciente de una vanguardia histórica que conoce y a la cual pertenece, pero contrario al carácter críptico y elitista de parte de las producciones modernas. En diciembre de 1993, meses antes de morir, Jesús Otero donó al Ayuntamiento de Santillana del Mar la totalidad de la producción que conservaba bajo su propiedad. Un colectivo de amigos y particulares interesados en la obra del escultor se unió para crear un museo monográfico que, respaldado por una Fundación, sirviese para recoger y mostrar los objetos donados. Luis Alberto Salcines, como gran conocedor de la obra y amigo personal de Otero, fue nombrado presidente de la institución. Los fondos de la colección se limitan a los dejados por el escultor y alcanzan la cincuentena. Casi la totalidad fueron esculpidas durante la década de los ochenta, aunque también incluya algunas antiguas de los años veinte, como el relieve "Retrato de mi Familia" o una cabeza de burro. Una de las aspiraciones de los gestores del Museo es ir reuniendo las piezas que se encuentran cedidas a colecciones.




Museo Marítimo de Cantábria
En el mismo corazón de la Bahía de Santander, a orillas del mar, el nuevo Museo Marítimo del Cantábrico ofrece al visitante una de las más ricas y variadas propuestas museográficas, entre las dedicadas a la mar y a los hombres que ocupan la existencia en bregar con ella, de cuantas se ofrecen en España. Cuenta con grandes y modernos acuarios y más de tres mil metros cuadrados de exposición donde se muestran todas las formas de relación del hombre con la mar a lo largo del tiempo.




Museo Municipal de Bellas Artes
Formando conjunto con la Biblioteca Menéndez Pelayo, el edificio del Museo de Bellas Artes de Santander es una de las construcciones más bellas y sobrias de la capital. Fue proyectado por el arquitecto castreño Leonardo Rucabado en la primera mitad de este siglo en un estilo neobarroco, al que se le ha adjetivado como clasicista, historicista o ecléctico por unos, y como regionalista por otros.




Museo Naturaleza
El Museo de la Naturaleza de Cantabria se encuentra ubicado en una Casona Palacio del Siglo XVIII en la localidad de Carrejo, a 1.5 Km. de Cabezón de la Sal (Cantabria). Creado el museo en 1990 ha sido remodelado recientemente con la colaboración de la Obra Social de Caja Cantabria, entidad financiera y de ahorro, en abril de 2003, convirtiéndose en una instalación que combina perfectamente la museografía moderna con la arquitectura popular de la época. La casona que aloja el museo es una cesión de la Fundación Benéfica Pedro A. de Ygareda que data del año 1989. Esta casona es un edificio del siglo XVIII, y consta de dos alturas, mas bajo-cubierta y tejado a dos aguas, teniendo además una torre-capilla y portalada de cinco arcos. El Museo de la Naturaleza está destinado a todas aquellas personas que muestren curiosidad por el medio natural de Cantabria, ofreciéndoles una visión sintética y enriquecedora de la diversidad de paisajes y ecosistemas que alberga esta región a través de tres espacios independientes que se conjugan para dar forma al centro. El espacio dedicado a la muestra permanente del museo consta de cuatro salas expositivas que tratan de guiar al visitante a través de los diferentes ecosistemas de la región en un recorrido altitudinal desde el litoral hacia las altas montañas. La exposición ofrece al visitante un discurso innovador en el que se integran las importantes piezas naturalizadas de la colección del museo en atractivas escenografías que representan cada uno de sus hábitats junto con diversos audiovisuales, paneles informativos y elementos interactivos que hacen la visita mas dinámica y atractiva. Además, el discurso expositivo contempla conceptos tan importantes como el de paisaje o diversidad, así como el del papel que juega el hombre en el funcionamiento del medio natural de la región. Para completar la muestra, el museo ofrece una exposición botánica en la parte trasera exterior del edificio con las especies mas representativas de la región. Esta exposición permanece abierta al público desde la primavera hasta el final de la estación otoñal, siempre y cuando las condiciones climatológicas así lo permitan. La antigua capilla del edificio es hoy una sala de exposiciones temporales temáticas, perfectamente iluminada y acondicionada al efecto para resolver los problemas de temperatura y humedad típicos en esta clase de edificios. El museo dispone de un aula con capacidad para 40 personas preparada para las labores de difusión de información referente a los distintos aspectos relacionados con la naturaleza de la región.