CONSEJOS
ÚTILES PARA NOVATOS
Respeta
las normas
Protégete del frío
Evita las lesiones
El equipo de esquí
Cómo conservar el material
Tus primeros esquís
Tipos de botas
Las gafas
Los bastones
Fijaciones
Los guantes
El casco
Los remontes
Los niños en la nieve
Respeta
las normas
Aunque
el esquí no está considerado un deporte
de riesgo siempre pueden presentarse situaciones
peligrosas para la integridad física de los
esquiadores. De una a otra estación pueden
variar las normas, pero el sentido común
y el respeto a los demás y a la naturaleza
debe imponerse en el comportamiento de todo deportista.
En primer lugar es conveniente esquiar asegurado,
contratando un seguro por días, semanal o
de temporada y, antes de iniciar el viaje, revisar
el material e informarnos de las condiciones meteorológicas.
Una vez en la estación, debemos respetar
las colas en los remontes, llevar el forfait a mano
y en un sitio visible y, si es la primera vez que
esquiamos o tenemos alguna duda, hacérselo
saber al encargado. En el telesquí, sigue
el rastro que dejan los esquiadores sobre la nieve
y si te caes no intentes agarrar otra percha y apártate
rápidamente para no molestar a los demás
usuarios. Cuando llegues arriba suelta la percha
con suavidad y sal por el lado contrario al que
bajan las perchas. El comportamiento en las pistas
viene determinado por una serie de normas de actuación
redactadas por la F.I.S. (Federación Internacional
de Esquí), que son de obligado cumplimiento.
En este sentido, los usuarios de las pistas deben
evitar cualquier situación peligrosa, ya
sea provocada por su comportamiento o por un material
defectuoso o inadecuado. Asimismo, deberemos adaptar
la velocidad a las condiciones de la pista y a nuestras
limitaciones personales, prestar especial atención
cuando vayamos adelantar a otro esquiador o cuando
nos incorporemos a una pista, evitar las paradas
innecesarias, cuando nos desplacemos a pie hacerlo
siempre por el borde y respetar siempre las señales
e indicaciones. En caso de accidente, el esquiador
está obligado a dar aviso a los servicios
de seguridad y proteger al accidentado, así
como identificarse y dar su testimonio.
Protégete
del frío
Esquiar
es uno de los deportes más bellos que existen
pero también conlleva ciertos riesgos si
no se practica de forma adecuada. En primer lugar,
es esencial elegir la vestimenta adecuada para el
tipo de actividad que vamos a realizar, de lo contrario
podemos acabar la jornada en unas condiciones físicas
nada agradables. Si vamos muy abrigados no tendremos
la suficiente libertad de movimiento y si vestimos
muy ligeros el frío, la lluvia o el viento
nos puede jugar una mala pasada. Lo que el esquiador
hace es vestirse "por capas": ropa interior,
capa central y capa exterior. La primera capa está
en contacto directo con la piel, por lo que su principal
función es absorber la transpiración
y mantener el cuerpo seco y caliente. Lo ideal es
utilizar una camiseta de algún material sintético.
La capa intermedia (jersey, forro polar, etc.) debe
abrigarnos y aislarnos del frío manteniendo
la temperatura corporal. Finalmente, la capa exterior
se compone de prendas formadas por diferentes capas
(anorak, pantalones, mono, etc.,) que nos resguardan
de las inclemencias del tiempo y mantienen la transpiración.
Los guantes son otra prenda imprescindible para
la práctica del esquí. Deben ser impermeables
y mantener la flexibilidad de los dedos, además
de ajustarse bien a la muñeca para evitar
que nos entre nieve. El Gore-tex es el material
más común tanto para ésta como
para las demás prendas, ya que permite la
transpiración y evita la entrada de humedad.
En cuanto a los calcetines, es conveniente que sean
finos y se ajusten al pie como unas medias ya que
si son muy gruesos nos darán demasiado calor.
Por último, es indispensable el uso de unas
buenas gafas para protegerse del reflejo de la luz
solar en la nieve, tremendamente dañino para
nuestros ojos, y la aplicación de crema y
algún tipo de protector labial (vaselina,
cacao, etc.,) que evite los daños provocados
por el sol y el viento.
Evita
las lesiones
Las
lesiones del esquí pueden reducirse de manera
drástica con un buen estado físico
y no hay mejor prevención que la formación
y la información. Un buen programa físico
debe incluir estiramientos, mientras fortalecemos
los músculos. Estirar los músculos
de las piernas es útil para el condicionamiento
general.. Andar, hacer footing, trecking, máquinas
de remo, y la bicicleta ayudan a fortalecer el corazón
y piernas. Comienza con cinco minutos, y gradualmente
aumenta el tiempo. Después de unos días,
la masa muscular del piernas y corazón irá
aumentando. Por otro lado, una buena forma física
te dará más confianza en ti mismo
y en tus posibilidades. También es importante
realizar cursos de iniciación y perfeccionamiento.
En cuanto a la información, es imprescindible
conocer la estación, el recorrido, mapas
o reseñas, estado de la nieve, riesgo de
aludes y la previsión meteorológica.
Además, es aconsejable conocer los teléfonos
de socorro. Aprende lo básico del esquí,
y no esquíes inicialmente por tu cuenta.
Las escuelas oficiales están disponibles
en la mayoría de estaciones de esquí,
y allí además de los primeros pasos,
te explicarán técnicas de seguridad.
Equípate con consonancia a tus habilidades,
y nivel de esquí, asesórate por un
profesional. Ten a punto tu equipo y revísalo
frecuentemente. Es recomendable reconocer el terreno,
las primeras bajadas del día debes realizarlas
en pistas más sencillas, tu cuerpo se irá
calentando progresivamente, y será más
difícil que seas presa del pánico,
el peor compañero del esquiador. Esquía
observando constantemente tu alrededor, obstáculos,
otros esquiadores y los cambios en el terreno. Mira
alrededor y usa tu visión en todo momento.
Nunca sigas esquiando cuando te duela algo, lo más
probable es que la lesión aumente.
El
equipo de esquí
Parece
muy sencillo ir a comprar una chaqueta o unos pantalones
para esquiar, pero realmente no es tan sencillo,
todo varía según el tipo de esquí
que practiques, lo habitual que seas y por supuesto
el nivel que tengas. La vestimenta debe garantizar
la óptima protección del esquiador
contra el frío, la lluvia y el viento a la
vez de dejar que transpire la piel. La ropa suele
llevar dos o tres capas, y la parte impermeable
no tiene que estar visible ni tienen que ser todas
las capas impermeables. Las capas que debemos llevar
son tres, por una razón lógica, tenemos
que estar siempre preparados para los diferentes
cambios del tiempo. Cuando haces deporte en la montaña
los cambios son muy bruscos. Cuando estás
esquiando tienes calor, pero cuando te subes a un
telesilla todo cambia, el cuerpo se enfría,
y tu temperatura baja. Por eso es útil que
lleves tres capas diferentes, para poder quitarte
o ponerte ropa según lo necesites. La
primera capa consiste en una camiseta, que estará
en contacto directo con el cuerpo. Existen ropa
interior muy buena como, Coolmas o Thermostat. No
elijas nunca ropa interior de algodón o de
lana ya que te harán sudar y mantendrán
tu piel húmeda. La segunda capa que
debemos llevar debe ser ropa de abrigo así
como jerseys y forros polares, elaborados con fibras
sintéticas. Deben tener capacidad de abrigarnos
pero a la vez permitir que nuestro cuerpo pueda
expulsar la humedad corporal al exterior. Y la
tercera capa correspondiente a la capa exterior,
mono, chaqueta y pantalones, debe de ser también
respirable al igual que a prueba de viento, como
el GoreTex. Muchas chaquetas de muy buena calidad
son impermeables, respirables y a prueba de viento,
y ofrecen opciones de ventilación como son
las cremalleras debajo del brazo, bolsillos de ventilación,
etc. Otros de los grandes avances que podemos encontrar
es una chaqueta con calefacción, de la firma
North Face. La chaqueta utiliza un paquete de baterías,
que pesa 188 gramos, para alimentar unos paneles
que por supuesto son flexibles. Las baterías
tienen una duración de cinco horas.
Cómo
conservar el material
Los
esquís son, obviamente, la parte más
importante, por lo que su cuidado es imprescindible.
Antes de cada temporada llévalos a un taller
para su puesta a punto y transpórtalos siempre
en su funda. Vigila bien los cantos, pues es la
parte del esquí que más presión
recibe y se desgastan continuamente por lo que es
necesario encerarlos y afilarlos, principalmente
al final de la temporada. Si se oxidan hay que limarlos,
pero con cuidado para no desgastarlos en exceso.
Durante los viajes, introduce una tira de papel
higiénico, de periódico o algo similar
entre los esquís para proteger la cera de
los mismos. El principal problema de las botas
es la humedad que se acumula en su interior, tanto
por el sudor como por la nieve que penetra por las
aberturas. Si te entra mucha nieve puedes aplicar
un poco de silicona entre los plásticos de
la carcasa, lo que solucionará este problema
inmediatamente. Una vez hayas terminado la jornada,
llévalas a los calefactores que suele haber
en los guardaesquís. Otra posibilidad es
rellenarlas con papel de periódico que absorba
la humedad durante la noche. No es recomendable
utilizar un secador o una estufa porque podría
llegar a agrietarse el plástico. Finalmente,
evita andar por el asfalto con las botas puestas.
Las fijaciones son el punto de unión
entre la bota y el esquí así que es
necesario limpiarlas de la suciedad, nieve o trozos
de hielo que puedan introducirse en las ranuras.
Para ello puedes usar agua, aunque nunca a presión.
Tan importante como el material es la conservación
de la ropa. En la actualidad existen sprays que
devuelven a los tejidos su impermeabilidad, ya que
ésta se pierde con el tiempo. A la hora del
lavado, sigue siempre las instrucciones de cada
fabricante, ya que algunas fibras como el Gore-tex
pueden resultar dañadas en la lavadora. Un
truco para conservar los guantes de piel es echar
nivea o alguna crema hidratante. En cuanto a las
gafas, llévalas siempre en su funda o, si
la pierdes, puedes usar un calcetín. Lávalas
con agua y jabón y sécalas con toallitas
especiales para lentes.
Tus
primeros esquís
El
primer consejo para aquellos que se disponen a practicar
esquí por primera vez es no comprar directamente
los esquís que más le atraigan o sean
más asequibles. En todas las estaciones existen
establecimientos de alquiler de equipo, donde le
aconsejaran sobre el mejor material y donde el novato
puede probar diversos tipos de esquís sobre
el terreno hasta dar con el que mejor se adapte
a nuestras características y, entonces si,
hacerse con él definitivamente. De esta forma
evitaremos malgastar el dinero. La oferta de esquís
es enorme (marcas, modelos, diseños, precios...)
por lo que la elección de los adecuados puede
resultar complicada si no se tienen en cuenta algunos
puntos básicos. Unos esquís vienen
determinados por su ligereza, resistencia, potencia,
estabilidad, anchura y agarre de los cantos (lámina
de metal situada en ambos lados de la suela del
esquí y que le proporciona un mayor agarre
en las curvas.) Además debemos tener en cuenta
el peso del esquiador (cuanto más peso mayor
presión soportará el esquí),
su altura (normalmente la longitud del esquí
debe ser similar a la del esquiador aunque para
los principiantes se recomienda una longitud menor
para ganar control), número de pie y forma
de esquiar. El tipo de esquí más recomendado
para los principiantes es el llamado Pin tail o
Y, ancho por la parte delantera o espátula
y estrecho en la cola. Son perfectos para el paseo
debido a su gran estabilidad. Y recuerda que una
vez tengas tus propios esquís es conveniente
llevarlos al taller al inicio de la temporada para
su puesta a punto. Tampoco olvides transportarlos
siempre en su funda y revisar los cantos de forma
periódica para que no se desgasten en exceso.
Tipos
de botas
La
gran mayoría de las botas de esquí
son de plástico duro o muy rígido
que impide en gran medida que nuestros movimientos
sean fluidos, pero esto no justifica que tenga que
ser incómodo, además hay que tener
en cuenta la elasticidad frontal y una correcta
sujeción al pie y al tobillo. Tienen gran
número de cierres dependiendo del modelo,
cuantos más cierres tenga la bota, más
se ajustará la bota a tu pie. Una bota que
no se ajuste bien puede convertirse en una pesadilla.
La función del calzado es mantener el pie
en una posición cómoda y segura para
esquiar. Las botas están hechas de dos partes,
la cubierta y la parte acolchada del interior, llamado
botín, que debe ser fácilmente extraíble,
para poder sacarlo de la bota y secarlo sin dificultad.
Cuando compres tus botas asegúrate y comprueba
que el vendedor conozca bien el producto, hay que
asegurarse bien que nuestro peso esté de
acuerdo con la dureza de la bota, una bota demasiado
blanda no puede con un peso elevado, la presión
que ésta soporta cuando descendemos, acabará
deformándola dando menor sujeción
al pie. Es también muy importante que tengamos
en cuenta nuestro nivel de esquí: botas de
iniciación: Son botas muy resistentes, ligeras,
cómodas y fáciles de manejar y bota
nivel medio: Hay mucha variedad de botas dentro
del nivel medio. Entre ellas podemos encontrar las
que dan prioridad a la comodidad y a la sujeción
del pie y las que prefieren las ventajas técnicas.
Hay diferentes tipos de botas; anchas, rígidas,
suaves, etc. Sin embargo, lo más importante
es que te queden y te sujeten bien y saber que el
número de la bota siempre es igual al número
de tu zapato, no tienes que comprártela más
grande por el simple motivo de ponerte calcetines
más gordos, etc. Si tienes problemas en los
pies, como pies planos, talos, que sean demasiado
anchos, etc, debes dirigirte a tiendas especializadas
y que te las hagan a medida. Tener mucho cuidado
a la hora de elegirlas ya que una bota mal elegida
puede originarte lesiones, incomodidad, dolor, y
un estancamiento en tu nivel.
Las
gafas
Las
gafas son fundamentales y muy importantes para la
práctica de éste deporte. El diseño
no es la característica más importante
de una gafa, ni la moda, ni los colores. Lo importante,
lo realmente importante de las gafas de esquí,
es que los cristales sean de buena calidad, que
nos protejan los ojos de la radiación solar
y de los rayos ultravioleta, que lleven un tratamiento
contra el reflejo de las superficies, y sistemas
de ventilación para evitar que los cristales
se empañen e intercepten la luz artificial.
Los rayos que se reflejan sobre la nieve pueden
ocasionar cegueras temporales y graves lesiones
difíciles de curar. Pero no sólo las
gafas son para protegernos del sol, también
nos protegen de otras inclemencias del tiempo, es
conveniente que tengas unas gafas de ventisca, son
cerradas, cubren los ojos por completo y aseguran
en el descenso una mayor visibilidad, con la ventisca
es muy difícil ver por dónde vas.
También es muy importante que nos demos cuenta
que aunque las gafas de varilla son más estéticas
las de máscara son mucho mejores, ya que
no se caen al esquiar. Mira que las gafas se adapten
bien a tu cara, sin comprimir la nariz y con un
amplio campo visual. Se pueden comprar gafas de
pantalla simple o doble. Gafas con pantalla simple
son las que tienen un tratamiento de superficie
antivaho en la cara interna del cristal. En este
tipo de gafas no debes enjuagar ni limpiar el interior,
ya que pierde la capa. Gafas con pantalla doble
antivaho permanente, son las que poseen una bolsa
de aire aislante entre las dos pantallas que evita
la formación de vaho en el interior de las
gafas. El color de las gafas, o bien dicho, el color
de pantalla debe estar adaptado a la luminosidad
exterior. Un mismo color puede estar adaptado a
diferentes intensidades. Pantalla con tinte oscuro:
son los cristales especialmente dirigidos a cuando
hay un tiempo soleado. Pantalla con tinte claro:
son para los días nublados, ya que mejoran
la luminosidad y tienes mayor visibilidad. Pantallas
de uso polivalente: a este tipo de pantallas
se les llama fotocrómica, es decir que se
oscurece o se aclara según la luminosidad
ambiente, se debe evitar los colores llamativos
ya que resultan cegadores con el sol. Otras cosas
que hay que saber: No guardes las gafas en la
chaqueta, póntelas en la nuca y así
evitarás que se empañen. Las entradas
de aire frontales que suele haber en todas las gafas
son muy útiles ya que evita que se empañen
empañen. Las espumas de protección
en los orificios de aireación impiden la
penetración de la nieve, y una mayor visibilidad.
Los
bastones
Son
los dos palos de apoyo que utilizan los esquiadores.
Es una herramienta muy útil ya que evitan
lesiones musculares tanto en las piernas como en
la columna y en las articulaciones. Los bastones
nos ayudan a ascender las cuestas, a realizar descensos
con más rapidez y seguridad, etc. Podemos
encontrar bastones de carrera, livianos, flexibles,
pesados, etc. Y su utilización es muy variada
y útil. - Por ejemplo si estamos haciendo
un descenso, los debemos alargar para que el cuerpo
se mantenga en la postura más recta. - Si
estamos subiendo un pendiente debemos subirlos para
poder inclinar nuestro cuerpo hacia delante. - En
flanqueo a media ladera ajustaremos uno más
corto que otro para que las manos queden a la misma
altura. - Se utilizan para marcar los giros, debemos
clavar el bastón correspondiente al lado
del giro, así que si vamos a girar hacia
la derecha tenemos que clavar el bastón derecho
a la vez que estamos haciendo el giro.
- También se utilizan para coger impulso.
Son muy útiles cuando nos encontramos una
ladera sin pendiente, si no deberíamos quitarnos
los esquís y seguir andando hasta la pendiente
más cercana. Las arandelas son muy importantes
y dan diferentes usos según el deporte que
practiques. - Las arandelas grandes se utilizan
para esquí de travesía, y evitan que
el bastón se hunda en la nieve. - Las arandelas
pequeñas son las que se utilizan por ejemplo
en el trekking. Están diseñadas para
nieves hielo y nieves duras. No debemos utilizar
los bastones sin la arandela ya que sirve para que
el bastón no se hunda en la nieve. A la hora
de comprarte unos bastones recuerda en probártelos,
debes cogerlos por el mango y fijarte en que tu
antebrazo se encuentre en ángulo recto paralelo
al suelo.
Fijaciones
Las
fijaciones deben ser compatibles con las tablas
y las botas. En la parte delantera del esquí
es donde debes meter la puntera de la bota y con
el talón pisar la parte posterior haciendo
saltar el cierre. Asegúrate de que el cierre
ha saltado, si no harás que el esquí
se suelte, y esto es muy peligroso para otros usuarios
de las pistas, sobre todo si se te suelta cuando
estás subido en algún telesilla. Las
fijaciones son regulables, se pueden hacer de mayor
o de menor tamaño según el pie que
calce cada uno, y tienen diferente presión
en función del tamaño de la bota y
del peso de la persona. Para los principiantes las
fijaciones no deben estar muy duras, ya que así
cuando os caigáis las fijaciones soltarán
el esquí evitando así las lesiones.
Los
guantes
Los
guantes son algo más que una prenda de vestir
y las funciones que realizan, abrigar y proteger,
son tan importantes como las que realizan las tablas
o las botas. Los materiales deben ser impermeables
y resistentes y los tejidos que utilizan, son los
mismos que las chaquetas o los monos de esquiar,
de Gore-tex y Nylon, materiales impermeables pero
con gran capacidad de transpiración. Se debe
comprobar que el guante se ajuste bien a la muñeca,
para así evitar que entre la nieve dentro,
y se nos moje la parte interior. Mirar bien que
no sean grandes, una práctica muy habitual
entre los usuarios de éste deporte, sobre
todo en los principiantes, es pedir prestado un
par de guantes, que por lo general no son de esquí,
no son suficientemente buenos o simplemente no son
de nuestra talla y casi siempre comprobamos que
tampoco son impermeables cuando es demasiado tarde
y ya tienes las manos congeladas y cortadas. Las
manos es una de las partes más vulnerables
al frío, y si las llevas mal protegidas puedes
ocasionarte muchas lesiones, ya que la nieve es
muy abrasiva. Es recomendable llevar dos pares de
guantes, unos más finos y confortables dentro,
que suelen ser de seda y evitan que la mano se humedezca.
Mantienen la mano caliente. La utilización
de ambos guantes hay que dejarlo sólo para
cuando las temperaturas sean muy bajas.
El
casco
Aunque
el uso del casco no está generalizado en
el mundo del esquí, exceptuando los casos
de competición o esquí extremo, cada
vez más esquiadores se dan cuenta de que
llevarlo puede salvarles la vida. Las lesiones craneales
en las estaciones de esquí no están
a la orden del día, normalmente las caídas
o los choques con otros esquiadores suelen saldarse
con unas magulladuras o, en el peor de los casos
algún hueso roto, pero eso no debe hacernos
olvidar que al menos una docena de personas mueren
en las estaciones españolas cada año
a causa de lesiones en la cabeza como consecuencia
de una caída o choques contra árboles
o piedras. Muchas veces entre los propios esquiadores
se asocia el uso del casco a los "fantasmas"
que tan sólo quieren hacerse notar, lo que
hace que a muchos les produzca cierta vergüenza
ponérselo, otras veces es tan solo por cuestión
de estética o por no parecer "menos"
ante el resto de esquiadores, pero el caso es que
llevar el casco en una estación todavía
sigue siendo algo excepcional. La recomendación
de los expertos es llevar el casco siempre, ya seas
un experto o un novato, ya que aunque te consideres
un esquiador lo suficientemente hábil siempre
puede llegar un "loco" fuera de control
que te haga sufrir un desgraciado accidente. Por
supuesto, en el caso de los niños, el casco
es un elemento esencial, ya que se encuentran más
expuestos a ser arrollados. El casco debe amoldarse
perfectamente a nuestra cabeza y no entorpecer la
visión. Para ello antes de salir a la nieve
debemos probarlo con las gafas de sol puestas para
comprobar que se ajusta sin problemas. Los últimos
modelos de cascos están hechos de materiales
como la fibra de carbono o el PVC, muy ligeros y
resistentes a la vez. Por último hay que
decir que el hecho de llevar casco no debe hacernos
olvidar que las mejores medidas de seguridad son
la precaución y el sentido común.
Los
remontes
Una
jornada de esquí tiene el inconveniente de
que pasa con demasiada rapidez, así que cuanto
menos tiempo estemos en la cola del remonte y más
descendiendo por la nieve mucho mejor. Antes de
coger el remonte que nos llevará a la pista
de esquí lo primero que debemos hacer es
asegurarnos de que llevamos el forfait o el skipass
con nosotros y a la vista, para no perder el tiempo,
y hacerselo perder a los demás buscando el
pase. El forfait normalmente sirve también
como seguro en caso de accidente en los remontes.
Los remontes más habituales son el telesquí
y el telesilla. El primero es el más sencillo
y consiste en dos poleas unidas por una soga, un
cable o un disco al que nos agarramos para que tire
de nosotros hacia arriba. Es importante estar atento
a la llegada y soltar el telesqui con suavidad,
evitando entorpecer la llegada de otros usuarios.
También existen telesquis para dos personas,
también llamados perchas, aunque están
desapareciendo progresivamente. En cuanto al telesilla,
es un remonte más cómodo en el que
vamos sentados. Antes de acceder a un telesilla
debemos coger los dos bastones con una sola mano
y con la otra parar la silla para poder sentarnos
con facilidad. Una vez montados bajar la barra de
seguridad. A la hora de bajarnos del telesilla,
debemos empezar a levantar la barra antes de llegar
y elevar un poco las espátulas de los esquís
para que nos claven en la nieve. Por último
es importante no ponerse nerviosos y, si es la primera
vez, ir con alguien experimentado.
Los
niños en la nieve
Llevar
los niños a las estaciones tiene su parte
de peligro, pero siguiendo unas normas básicas
evitaremos muchos sustos y contratiempos. Debemos
memorizar el código de esquiador de seguridad
tanto nosotros como el niño, de todas maneras
en conveniente que se lo copiemos y lo guardemos
en el bolsillo de la cazadora. También es
conveniente apuntarle en un papel su nombre y un
número de teléfono, guardándolo
igualmente en un bolsillo con cremallera para que
no pueda perderlo. Poner un punto en la estación
por si se pierden, para que el niño pueda
volver. Por si no se acuerda de dónde es,
apuntarlo también en el papel. Es conveniente
que lleven un casco de esquí, y avisarles
que con el casco se oye peor así que tienen
que prestar más atención a lo que
se les dice y a lo que hace. No debemos poner a
los niños más ropa que a nosotros
mismos, debemos utilizar la norma de las tres capas
y enseñarle al niño cómo usarla.
Si hace sol que se quiten la primera capa, al igual
que utilizar la crema protectora para la piel y
para los labios, etc. Comunicarles y enseñarles
las normas de las estaciones y el uso de ellas.