CONSEJOS
ÚTILES PARA EXPERTOS
El
coche en la nieve
Normas de conducta
Preparación física
Cuidar las rodillas
Un buen desayuno
Esquiar fuera de pista
Equipo básico para el esquí
de travesía
Los aludes
Cómo reparar la base de
la tabla de Snowboard
Cuidado de los esquís
El Canting
La mejor vestimenta: el Gore Tex
Cómo encerar tus esquís
El
coche en la nieve
Conducir
en la nieve no es fácil como algunos piensan
y hay que darle la importancia merecida, tenemos
que hacer caso de las recomendaciones y nunca debemos
salir de viaje sin antes comprobar el coche. También
es conveniente llevar un equipo apropiado para poder
afrontar cualquier inconveniente. No hay que olvidar
que el cinco por ciento de los accidentes que se
producen en carretera son por causa de la climatología.
¿Qué debemos comprobar? - El estado
de los neumáticos: Mirar que las llantas
no estén lisas, que tengan suficiente profundidad
de dibujo para poder evacuar con facilidad el agua.
- Hay unos neumáticos de nieve a los cuales
los profesionales llaman M + S, y significa, Mud
and Snow, están diseñados para que
se pueda conducir sin ninguna dificultad por hielo
y nieve. Los neumáticos están completamente
legalizados y aprobados por el último Reglamento
de Seguridad Vial. Se pueden usar sin dificultad
y son sustitutorios a las cadenas. Sólo tienen
un problema y es su gran desgaste en asfalto seco.
- También existen los neumáticos polivalentes
los cuales se pueden usar tanto en nieve como en
asfalto seco, pero claro, no son tan eficientes
como los anteriores. - Las cadenas: El uso de cadenas
en las montañas es obligatorio, y la policía
no os dejará pasar si no las lleváis,
intentar comprarlas en vuestro lugar de residencia,
los costes de las cadenas varían según
sean más o menos fáciles de poner,
no en lo buenas o eficaces que éstas sean,
además las cadenas en las estaciones, suelen
ser bastante más caras. Cuando llevéis
las cadenas puestas no es recomendable sobrepasar
la velocidad de los 35 o 40 kilómetros por
hora. También debéis saber que hay
que bajar un 25% la presión de vuestras ruedas,
esta recomendación también va dirigida
si conducís por caminos de arena o barro.
- No salgáis nunca sin comprobar frenos,
discos y cintas. - Líquido anticongelante:
Muy importante, una fuerte nevada os puede dañar
el motor. No debéis pisarle mucho al coche,
y dejarle que se caliente por lo menos hasta los
85º. - Un teléfono móvil y el
dispositivo de alimentación del mismo. -
Y llevar siempre el depósito de gasolina
lleno, te puede evitar muchos problemas, si puedes
llevar algo de abrigo en el coche, mejor. La conducción
sobre nieve o hielo entraña riesgos potenciales
elevados, los mandos del coche no responden de igual
manera. El mejor aliado en estas situaciones es
la prudencia, la adecuada preparación y la
respuesta del vehículo. Vamos a dar unas
maniobras básicas que si las ponemos en práctica
nos evitarán muchos accidentes. Debemos reducir
la velocidad de manera considerable, y ampliar la
distancia de seguridad con el coche que nos precede.
No acelerar el vehículo con brusquedad ya
que las ruedas pierden su adherencia. De igual modo
debemos tratar el volante con mucha suavidad sin
dar giros bruscos. También debemos evitar
dar golpes de freno, hay que pisarlo con suavidad
y que el coche vaya parando solo. El resultado en
todos estos casos es el mismo, las ruedas patinan
y perdemos por completo el control del coche. Si
hay rodadas de otros coches, síguelas y cuando
salgas, no lo hagas con brusquedad, puedes lanzar
al coche fuera de la carretera de forma instantánea.
Si tienes que hacer una frenada de emergencia, no
pierdas los nervios, frena despacio y desvíate
por el arcén o hacia donde tengas un poco
de sitio, no sirve de nada pegar el frenazo, el
coche no se parará. Intenta no dejar bloqueando
el paso a los demás vehículos. El
contravolante, cuando ponemos las cadenas en el
coche, sobre todo de tracción delantera,
el vehículo tiende a irse hacia atrás.
Si vemos que el coche empieza a patinar hacia un
lado debemos enderezar el coche girando el volante
'al revés', en el sentido del desplazamiento
involuntario, así frenaremos el coche. No
girar el volante hacia el lado contrario, que es
lo que suele hacer para rectificar al coche, porque
lo único que conseguiréis es acelerar
más el patinado y frenar contra lo primero
que os encontréis en medio, y si vais a mucha
velocidad volcaréis. Hay que tener mucho
cuidado con el hielo, es mucho más peligroso
que la nieve. Se suele formar por la noche, en lugares
que no les da el sol, y puede durar varios días
enteros. Debemos poner especial cuidado en las sombras
y en los arcenes que es donde más fácilmente
podemos encontrar hielo. Otro de los lugares que
podemos encontrarlo es debajo de la nieve. Si vamos
deprisa y nos encontramos una placa de hielo, lo
mejor es dejar que el coche se deslice, no girar
el volante nunca y estar preparados porque cuando
salga de la placa de hielo, la dirección
del giro cambiará en sentido contrario y
el cambio será muy brusco, y sobre todo nunca
frenar sobre la placa, el coche saldrá despedido
sin control.
Normas
de conducta
Respeto
a los demás: El usuario que esquíe
de manera que pueda poner en peligro su seguridad
física o la de terceros, será responsable
de cualquier consecuencia dañosa que se derive.El
usuario es el único responsable de su propia
seguridad en: - Pistas declaradas cerradas. - Los
itinerarios de esquí. - La zona fuera de
pistas. - Fuera del dominio de la Estación.
Dominio de la velocidad
y de la forma de esquiar: Todos los usuarios
deben controlar su velocidad de acuerdo a sus posibilidades,
su nivel, el terreno, la nieve, al número
de usuarios, a la meteorología y al estado
de las pistas y siempre deben tener visibilidad.
Control de la trayectoria: El esquiador o
los snowbordista que se encuentre en la parte superior
de la pista deben siempre elegir el camino o ruta
que no ponga nunca en peligro al esquiador o snowbordista
que se encuentre en la zona inferior de la pista.
Adelantamiento: El
adelantamiento puede realizarse por arriba o por
abajo, por la derecha o por la izquierda, pero siempre
dejando una distancia permita al adelantado disponer
de sitio para sus movimientos.
Incorporación y
salida de la pista de descenso. Cruce de pistas:
El esquiador o snowbordista que se incorpora
a una pista de descenso después de una parada
o cruce de pistas debe asegurarse, habiendo mirado
hacia arriba, al monte y hacia abajo, al valle que
puede hacerlo sin que haya peligro para él
mismo ni para los demás.
Paradas: Todo usuario
de las pistas debe evitar pararse en pasajes estrechos
o sin visibilidad; en caso de caída, debe
retirarse lo más rápidamente posible.
Subida y descenso a pie:
Todos aquellos que por alguna causa se vean obligados
a subir o a bajar una pista, deberán hacerlo
por el borde de la misma, vigilando también,
que su material no representa de igual modo un peligro
para los otros usuarios.
Respeto a las señalizaciones,
al balizaje y a la información de las estaciones:
Todos los usuarios deben respetar las señalizaciones
e indicaciones de las pistas así como todo
tipo de información que la estación
ofrezca respecto a la meteorología, nieve
o estado de las pistas.
Accidentes: En caso
de accidente ya esté involucrado o no, debe
prestar la ayuda necesaria, dando la alerta o si
es necesario avisando a los socorristas.
Identificación:
El esquiador que sea testigo de un accidente, ya
sea responsable o no del mismo, debe acreditar su
identidad.
Preparación
física
Con
la temporada de esquí muchos esquiadores
vuelven a ponerse unas tablas, sin preocuparse o
sin darse cuenta de que llevan muchos meses de inactividad.
El esquí es un deporte muy completo que requiere
de un esfuerzo físico y la participación
de muchos músculos, según el nivel
de esquí que tengas y la modalidad que practiques
varía de unos deportistas a otros, pero básicamente
hay que tener en cuenta que los brazos, sobre todo
para los principiantes, y las piernas son las dos
partes del cuerpo que sufren más. Las rodillas
sobre todo, los primeros días se resienten
mucho, y es una de las principales partes del cuerpo
que se lesiona. Para llegar con una buena forma
física a la temporada de esquí deberías
por lo menos hacer tres horas semanales de aeróbic,
bicicleta, jogging, steps, etc, cualquier deporte
cardiobascular además de practicar un poco
la musculación. No dejes de hacer los estiramientos,
por los menos 10 minutos al finalizar los ejercicios,
así conseguirás una mayor flexibilidad.
No te pongas nunca a esquiar nada más llegar,
haz los estiramientos correspondientes al deporte
que practiques. Es un gran riesgo iniciar un deporte
con los músculos fríos y tensos. Al
final de la jornada realiza ejercicios de estiramiento
para que los músculos recuperen su tono adecuado.
También te facilitarán la relajación.
Cuidar
las rodillas
La
mayoría de las lesiones provocadas por la
práctica del esquí afectan a las rodillas,
ya que es la parte del cuerpo que más trabaja
y que más presión soporta. El resto
de lesiones, con un porcentaje muy inferior, suelen
afectar a las manos y a la columna. Por este motivo
el cuidado de la rodilla es esencial, tanto en esquiadores
veteranos como principiantes, para disfrutar de
este deporte en toda su dimensión. En primer
lugar es importante la correcta alineación
de la cadera, las rodillas y los tobillos, para
que la presión se reparta equitativamente
entre cada articulación evitando la sobrecarga
de alguna de ellas. Otro aspecto importante tiene
que ver con el equilibrio. Las fijaciones y las
botas protegen los tobillos pero traspasan toda
la tensión a las rodillas en los casos de
pérdida de equilibrio, tan frecuentes en
los estilos de esquí moderno y el snowboard.
El uso y la regulación correcta de las fijaciones
y botas también pueden evitarnos lesiones.
Aunque muchos lo tomen a broma, debido al carácter
lúdico de la práctica del esquí,
el calentamiento es el mejor antídoto contra
las lesiones. Como mínimo se recomienda un
calentamiento previo de 20 minutos para enfrentarnos
con cierta seguridad a la nieve. También
es importante no forzar al organismo por querer
aprovechar al máximo la jornada. Una buena
preparación física es otro factor
determinante. Andar en bici o correr sobre la arena
es un tratamiento excelente contra las lesiones
de rodilla.
Un
buen desayuno
Los
llamados "deportes de invierno", con el
esquí como máximo exponente, requieren
una preparación especial, y parte esencial
de esta preparación es llevar una dieta adecuada.
El desayuno es en estos casos la principal comida
del día y la que va a posibilitar que disfrutemos
al máximo del esquí o, por el contrario,
nos cansemos a las primeras de cambio. Asimismo,
es importante matizar que cada persona debe desayunar
de acuerdo a sus características y necesidades,
es decir, no comerá lo mismo un joven snowboarder
que va a pasarse el día entero en la montaña
esquiando a un ritmo desenfrenado que una persona
mayor o un niño que disfrutan este deporte
de una manera más sosegada. En el primer
caso, el desayuno será alto en calorías,
de fácil digestión y abundante, ya
que normalmente no se volverá a comer hasta
caída la noche. Se tomarán pues alimentos
ricos en hidratos de carbono tales como cereales,
tostadas con mantequilla, mermelada, miel, bizcocho,
etc. Las proteínas tampoco deben faltar en
forma de alimentos con poca grasa como jamón,
huevos o embutido. Para completar el desayuno se
puede tomar un zumo de frutas, rico en vitaminas
y minerales, y un producto lácteo (queso
o yogur) bajo en grasa. Para los esquiadores que
quieran tomarse la jornada con más calma
el desayuno no debe ser tan abundante. Basta con
un zumo, unas tostadas y leche para aguantar sin
problemas hasta la siguiente comida. Por otro lado,
la práctica del esquí tanto por sus
exigencias físicas como por el medio en el
que se realiza, conlleva un gasto de energía
muy elevado y una gran pérdida de líquidos
que, en ocasiones, puede ser imperceptible debido
a las bajas temperaturas a las que está sometido
el organismo. Por este motivo es recomendable llevar
encima un botellín de agua, unas galletas
o frutos secos, preferiblemente ciruelas o uvas
pasas. Esto evitará que nos fatiguemos demasiado,
o nos entre la temida "pájara".
Este aspecto es especialmente importante en el caso
de niños o personas de edad avanzada, que
son las más propensas a deshidratarse sin
darse cuenta. Por último, es importante dar
al cuerpo un periodo de recuperación de al
menos 7 horas de sueño, si no queremos llegar
a la siguiente jornada completamente agotados.
Esquiar
fuera de pista
La
temporada ha comenzado para los amantes del deporte
blanco, que tienen por delante varios meses de diversión,
pistas en buen estado y descensos acelerados. Sin
embargo, el esquiador también tendrá
que hacer frente a la masificación de las
estaciones invernales: largas colas en los remontes,
empujones en las pistas y, para muchos, una sensación
de agobio similar a la de estar atrapado en un atasco
en una gran ciudad. Una forma de escapar a estas
temidas aglomeraciones es el esquí fuera
de pista, pero para practicarlo es necesario un
nivel alto y conocer ciertos aspectos de esta disciplina
que algunos consideran el esquí en estado
puro. El freeride puede dividirse en tres niveles
según el tipo de descenso o lo arriesgado
del mismo. Un primer nivel sería el esquiar
dentro de una estación pero entre una pista
y otra o en los laterales de la misma. Una segunda
modalidad vendría a ser la que se realiza
también dentro de la estación pero
en las zonas no balizadas: valles o laderas próximas
a las pistas. El nivel más arriesgado pero
también el más satisfactorio para
el esquiador es el que se lleva a cabo fuera de
las estaciones, en zonas de alta montaña
a las que accedemos por nuestros propios medios.
Esta modalidad supone un contacto con la naturaleza
y una libertad para el esquiador incomparable. El
mayor riesgo del fuera pista es no saber que condiciones
nos vamos a encontrar, por eso es recomendable estudiar
el terreno con detenimiento o ir acompañado
de un guía. En la actualidad existen cursos
de esquí fuera pista donde pueden aprenderse
las técnicas básicas de seguridad.
En este sentido, los aludes son la principal causa
de accidentes en la alta montaña. Por este
motivo un esquiador de fuera pista debe llevar siempre
un Detector de Víctimas de Avalancha (DVA),
una pala y una sonda. También se recomienda
siempre acompañado e informarse de las condiciones
meteorológicas que nos vamos a encontrar.
Por último, en el mercado podemos encontrar
tres tipos de esquís diseñados para
el freeride: low fat, para aquellos que normalmente
esquían por pista pero que en alguna ocasión
disfrutan del fuera pista; semi fat, diseñados
para los que reparten su tiempo a partes iguales
entre ambas modalidades; y fat, expresamente fabricados
para deslizarse por terrenos sin balizar y nieves
profundas.
Equipo
básico para el esquí de travesía
El
esquí de travesía requiere un material
totalmente distinto al de las otras modalidades
de esquí que se practican habitualmente (freestyle,
alpino, etc.). Si bien cualquier material nos puede
sacar de un apuro, lo ideal es contar con el equipo
adecuado para cada ocasión, aunque esto supondrá
un generoso esfuerzo para nuestro bolsillo. En cualquier
caso lo más recomendable es alquilar el equipo,
por lo menos mientras no somos unos expertos en
la materia. Obviamente para practicar el esquí
de travesía lo primero es saber descender
sin demasiadas dificultades por cualquier tipo de
pista, ya que en el esquí de travesía
nos vamos a deslizar por nieve virgen, pistas sin
balizar, etc. En este sentido la principal característica
del material para el esquí de travesía
es la polivalencia, ya que nos podemos encontrar
con cualquier tipo de terreno. Los esquís
deben tener una línea de cotas más
ancha además de ser un poco más largos
que los esquís de pista y un poco flexibles.
Por supuesto debe ser un material ligero, ya que
gran parte del recorrido va a ser cuesta arriba.
Acopladas a la base de las tablas van las llamadas
"piel de foca", unas tiras de un material
sintético que permiten desplazarnos hacia
delante pero impiden que resbalemos cuesta abajo.
Para reforzar el efecto de la piel de foca se colocan
las cuchillas, unas piezas metálicas que
se sitúan entre la bota y la fijación.
Los bastones de pista pueden servirnos también
para la travesía, pero lo ideal sería
contar con unos telescópicos. En cuanto al
material propio del alpinismo, no olvidemos que
el esquí de travesía es un híbrido
entre el alpinismo y el esquí, unos crampones
de diez puntas y bastante ligeros son la mejor opción.
El piolet sólo será necesario en los
ascensos más duros, aunque nunca estará
de más hacernos con uno para evitar sorpresas.
Debe ser un poco más largo que el de escalada
y también bastante ligero. Otro elemento
opcional es el ARVA, que aunque sale realmente caro
puede, literalmente, salvarnos la vida si tenemos
la desgracia de ser sepultados por un alud. Por
último no debes olvidar meter en la mochila
una brújula, un altímetro y un mapa
de la zona.
Los
aludes
Un
alud o avalancha es un desprendimiento de nieve,
hielo y en algunas ocasiones de roca, que se pone
en movimiento por el efecto de la gravedad. La velocidad
que puede llegar a coger es de 300 km / hora, y
su formación depende de la naturaleza, la
calidad de la nieve, el terreno y la temperatura.
Una zona de avalancha puede tener varios caminos
por donde caen otras avalanchas. El desencadenamiento
de un alud se produce por la metamorfosis que sufre
la nieve, la nieve es un material vivo y desde el
momento de su caída hasta que se derrite,
su estructura y sus propiedades no cesan de evolucionar.
Se pueden producir por muy diversas causas, por
el viento, por una rápida descongelación
de las capas internas de la nieve, por el calor,
etc. Lo que debemos hacer cuando subamos a una montaña,
lo primero, es tener mucha precaución y mantenernos
informados del peligro que hay de avalancha, los
aludes son muy previsibles y normalmente se sabe
si puede haber algún riesgo de que ocurran.
Es conveniente llevar con nosotros un Bieps, aparatos
que emiten una señal permanente y hacen más
fácil y rápida el rescate de los desaparecidos.
No es recomendable si lleváis estos transmisores/detectores
de señales para avalanchas que dejéis
encendidos los móviles o cualquier aparato
electrónico ya que proporcionan señales
erróneas y no os podrán encontrar.
Si a pesar de ello nos vemos sorprendidos por un
alud, debemos mantener la calma, alertar a nuestros
compañeros, mirar hacia dónde se mueve
y movernos hacia un lado tratando de escapar de
su trayectoria. No vayáis hacia abajo, ya
que por su velocidad es muy difícil escapar.
Si podéis quitaros los esquís, la
mochila y tirad los bastones e intentar rodar. Si
veis que vais a quedar sepultados, llevad los brazos
delante de la cara para así hacer un hueco
para poder respirar y encogeos para poder mantener
el calor hasta que os puedan rescatar. Cuando la
avalancha se detenga intentar salir, y si no sabéis
hacia dónde, tirad un poco de saliva, lo
que os señalará la dirección
de dónde se encuentra la superficie. Sobre
todo hay que mantener la calma para guardar todas
las energías y sólo chillar si se
oye a alguien que se acerca.
Cómo
reparar la base de la tabla de Snowboard
Al
final de cada temporada nuestra tabla de snowboard
suele presentar, como mínimo, algunas rozaduras
y agujeros que impiden que se deslice como debiera
por la nieve. Si estos desperfectos son de pequeña
envergadura podemos repararlos nosotros mismos aunque
si el agujero es de una magnitud considerable lo
mejor es llevarla a un taller especializado. Aún
así es recomendable llevar la tabla a un
taller por lo menos una vez cada dos o tres temporadas.
Para reparar la base necesitarás: barritas
de P-Tex, fuego (un encendedor o una vela), una
espátula, un cutter o un cepillo, papel de
lija y un limpiador de cera o disolvente. El primer
paso es colocar la tabla en una superficie estable,
un torno es lo ideal, y limpiar toda la base de
la tabla con el disolvente, eliminando con un cutter
los rebordes que se producen en los extremos de
los agujeros. A continuación calienta la
barrita de P-Tex y deja caer el material sobre los
agujeros, a los que previamente debes hacer unos
pequeños surcos en su interior para que el
P-Tex agarre mejor. Cuando el relleno esté
suficientemente endurecido elimina los restos sobrantes
con la espátula y nivela toda la superficie
de la tabla con el papel de lija. El último
paso es el encerado y la tabla ya está lista
para la próxima temporada.
Cuidado
de los esquís
-
Debéis llevar los esquís con frecuencia
a un buen taller especializado para una revisión
completa. Es bueno que por lo menos los llevéis
dos veces en la misma temporada. Recordar que en
las estaciones hay talleres con expertos que os
asesorarán si lo necesitáis. - Cuando
enceréis los esquís hacerlo con cera
base y en frío con un trozo de parafina y
siempre en sentido de la espátula a la cola.
- Al final del día secar bien los cantos,
pasarles un trapo y cubrirlos con vaselina. - Los
esquís se deben de llevar siempre en su funda.
En los viajes los esquís se estropean mucho.
- No golpear los esquís para sacudir la nieve
y si la nieve está muy dura no los clavéis,
dejarlos apoyados en alguna pared, o en los lugares
que las estaciones preparan para su uso. - Es muy
malo y se deterioran mucho al dejarlos con la suela
mirando al sol. Los rayos del sol perjudican el
polietileno. - Cuando lleguéis a casa, sacarlos
de su funda para que se sequen. Dejarlos en un lugar
seco y oscuro.
El
Canting
Las
botas son una parte fundamental del equipo del esquiador
por lo que su ajuste al pie debe ser lo más
perfecto posible tanto para esquiar con mayor comodidad
como para evitar posibles lesiones. Uno de los mecanismos
que tienen las botas de esquí para adaptarse
a cada pie es el canting, un sistema de regulación
que permite variar el ángulo lateral de la
caña en relación a la suela. Esto
es esencial en los casos, muy frecuentes, en que
las piernas del esquiador están arqueadas
hacia el exterior o hacia el interior. Si no ajustamos
las botas correctamente en estas situaciones el
tobillo no estará en su posición natural,
sino que se verá forzado por la bota a permanecer
alineado con el esquí, con las consiguientes
molestias y dolores. El canting está formado
normalmente por dos tornillos situados a la altura
del tobillo, que se aflojan y permiten ajustar el
angulo de la caña a nuestro gusto. Casi todas
las botas de última generación incorporan
ya doble canting, aunque los modelos más
baratos solamente tienen un tornillo o, en casos
extremos, ninguno. Aunque cada uno puede ajustar
las botas personalmente es recomendable que ésta
operación la haga un profesional.
La
mejor vestimenta: el Gore Tex
En
enero se cumplieron 25 años de la salida
al mercado de las primeras prendas que incorporaron
el tejido Gore Tex, uno de los grandes inventos
del siglo XX en el ámbito del equipamiento
deportivo. Sus tres principales cualidades, cortaviento,
impermeabilidad y transpiración, han hecho
de esta membrana uno de los compañeros inseparables
de esquiadores, ciclistas, navegantes o, simplemente,
de los aventureros que viven al límite. El
secreto de este tejido, inventado por Bob Gore en
1969, es muy simple. No en vano, la sencillez es
la esencia de muchos de los grandes avances tecnológicos
de nuestra sociedad. Su funcionamiento se basa en
que una gota de agua de lluvia es 20.000 veces mayor
que los poros del Gore Tex, mientras que la molécula
del vapor de agua que desprende el cuerpo en forma
de sudor es 700 veces más pequeña.
El resultado: la humedad no entra y el sudor se
expulsa. Botas, sacos de dormir, tiendas, cazadoras,
guantes, botines o calcetines son sólo algunos
de los ejemplos de prendas que pueden incorporar
este tejido. Su único defecto: el alto precio
que debe pagar el usuario por hacerse con él.
Aún así, merece la pena pagar un poco
más si nuestra salud está en juego.
Cómo
encerar tus esquís
El
encerado de esquís es un proceso que debe
hacerse con mucha frecuencia, ya que las suelas
sufren mucho y se secan. Si vuestras tablas después
de una jornada de esquí no tienen muchas
rayas, las suelas están bien estructuradas
y no habéis deteriorado mucho los cantos,
el encerado lo podéis hacer vosotros mismos
en vuestra casa. Merece la pena hacerlo por lo menos
una vez, así os podéis hacer una idea
de cuanto tiempo se tarda y cómo os los tienen
que dejar en las tiendas. No obstante es muy difícil
que los consigáis dejar igual que los expertos.
Lo primero que debemos hacer antes de ponernos manos
a la obra es limpiar la base del esquí. Para
encerar los esquís se necesita: - Goma para
sujetar los frenos. Esto es simplemente para que
los frenos no nos molesten durante la reparación.
- Unos gatos de sujeción. También
puedes utilizar dos libros que debéis colocar
con la distancia puntera-talonera de las fijaciones
de tal forma que con el esquí boca abajo,
éstas queden en el aire. - Rasqueta metálica.
Con la rasqueta debemos eliminar todos los restos
de la cera vieja. Hay que hacerlo siempre de espátula
a cola. Hacer presión con los pulgares en
el centro y tener especial cuidado de no tocar los
cantos. - Una plancha que no sea de vapor, es decir
que no tenga agujeros. Con la plancha derretiremos
gotas de cera que iremos poniendo a lo largo de
todo el esquí. Echa sólo lo justo
para que puedas extenderla por toda la superficie
en una fina película y después plancha
el esquí a una temperatura baja y sin mantener
la plancha en contacto directo con el esquí,
ya que si no lo deformaremos. Hay que dejar secar
la cera durante varias horas, si después
ves que el esquí permanece "seco"
ya que ha absorbido toda la cera deberás
hacerlo otra vez. Es conveniente cuando esté
ya terminado que le pases un estropajo hasta dejar
completamente liso el esquí. La cera al igual
que la rasqueta se puede comprar en cualquier establecimiento
deportivo especializado.