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CARNAVALES EN EL MUNDO

Carnaval de Venecia
Carnaval de Río de Janeiro
Carnaval de Trinidad y Tobago
Carnaval de Veracruz  
Carnaval de Buenos Aires
Carnaval de Colonia  
Carnaval de Oruro
Carnaval de Nueva Orleans
Carnaval de El Callao
Carnaval de Puerto Rico



Carnaval de Venecia
Carnavales hay muchos, y muy divertidos, pero ninguno tiene la exclusividad, la originalidad y el encanto del Carnaval veneciano. Es el momento perfecto para aislarse del mundo, cambiar de apariencia y olvidarse de la crisis. El Carnaval de Venecia, cuyos orígenes se remontan al siglo XI aunque se consolidaría en el XIII, tiene personalidad y magia propia y va más allá de la imagen de la nariguda máscara del doctor de la peste que abarrota los talleres de la ciudad y se desparrama por las calles. Esta fiesta pagana que viene marcada por el comienzo de la Cuaresma, previa a la Semana Santa, una de las fiestas cristianas más importantes, permitía hace siglos a las familias aristocráticas mezclarse con el pueblo, un privilegio que proporcionaba el anonimato de las máscaras. En sus comienzos, el carnaval duraba hasta tres meses y era la época en que todo estaba permitido. La iglesia y el poder fueron marcando limitaciones con el transcurso de los años. Primero se prohibieron las fornicaciones en las iglesias. Luego, las armas en manos de enmascarados. Más tarde, se concretó el uso de la máscara al Carnaval, teniendo en cuenta que los venecianos habían extendido su uso a muchas celebraciones profanas del año... Pese a las sucesivas limitaciones, la ciudad entera fue excomulgada en 1606 por sus excesos. En el siglo XVIII es cuando el carnaval de Venecia logra su máximo apogeo, a él acudían aristócratas llegados de lugares muy diversos y no era raro que los príncipes y nobles se escaparan a disfrutar del acontecimiento. El Carnaval es totalmente distinto a la imagen española (y no digamos a la brasileña). Durante los 10 días de duración, la gente se disfraza y sale a la calle a pasear, ya sea en desfiles organizados o improvisados, y a hacerse fotos. También se organizan por las noches fiestas privadas, a las que no es fácil asistir sin conocer a nadie, y alguna fiesta pública, en las que los precios son prohibitivos, del orden de los 500 euros. El carnaval comienza, como corresponde, con la celebración más antigua: la Fiesta de las Marías, que data de 1039 y convoca al desfile de un cortejo por San Pietro di Castello, que culmina en la Piazza San Marco. Al día siguiente, llega el desfile inaugural y entonces toda Venecia se envuelve en un cantar de gesta donde el teatro al aire libre, los conciertos y los mercados de máscaras y comida conquistan los campi (plazas) de Santa Margherita, Sant' Angelo y San Stefano. El punto de partida del carnaval es el denominado Ilvolodell’Angelo (El Vuelo del Ángel), en el que una personalidad famosa de Venecia se columpia en arneses desde el campanario de la Piazzetta San Marco, donde también se realiza el tradicional desfile de disfraces. El Gran Baile de La Serenísima es otro de los puntos fuertes del carnaval: una cena de gala en el bello Palazzo Pesaro, acompañado de una actuación de la ópera La Traviata de Giuseppe Verdi. Las máscaras y los disfraces juegan un papel clave en este mundo anónimo, donde las divisiones de clases parecen desaparecer, donde mágicamente todos se vuelven iguales, donde todo parece estar permitido. Los participantes se regocijan desfilando disfrazados por las calles. Porque allí es donde se disfruta el carnaval: en las calles, con desfiles organizados o espontáneos. Las máscaras son de dos tipos: la Bauta, que cubre todo el rostro a excepción de la boca, y el Volto, máscara común utilizada durante siglos. Pero el carácter más íntimo del carnaval se aprecia durante las noches, cuando los bailes invaden los salones y los fastuosos palacios resultan perfectos escenarios para las fiestas. Las comparsas, conocidas como las CompagnieDella Calza, que tienen entre las más conocidas a Los Antiguos y a Los Ardientes, realizan desfiles por la ciudad. Los bailes más tradicionales tienen lugar en el Doge, la Serenissima y Barroco, y también en el Palazzo Pisani-Moretti, el Hotel Danieli y el Gran Café Quadni. En esos días, Venecia es todo un hervidero de conciertos, desfiles de mascaras en las "calles", que así se llaman también en dialecto veneciano, por lo que es un espectáculo único el poder deslizarse entre puentes, callejuelas, iglesias y paseos en vaporetto y pasearse disfrazados con sus trajes de época y sus máscaras, por la bellísima Plaza de San Marcos y tomar café en los históricos cafés Florian y Quadri; algo para no perdérselo.




Carnaval de Río de Janeiro
Casi todas las ciudades brasileñas conmemoran el Carnaval, sin embargo, en ninguna el alborozo y el jolgorio tiene las proporciones que en la Ciudad de Río de Janeiro, donde, a las manifestaciones de alegría se unen la críticas socio-políticas y las manifestaciones de protesta popular contra la dificultades de la vida diaria, aunque siempre con unas grandes dosis de humor. Hasta mediados del siglo XIX lo que hoy se conoce como Carnaval, en Río de Janeiro, era conocido bajo una forma más primitiva llamada Entrudo, del latín introito. Esta forma de Carnaval había sido implantada, a partir de 1723, por los habitantes de la islas portuguesas de Madeira, Azores y de Cabo Verde, que desembarcaron en las costas brasileñas en enormes cantidades. En los días de las fiestas, estos colonos se divertían tirándose agua unos a otros. En enero de 1840 se realizó el primer Baile de Carnaval, organizado por una tienda tradicional de disfraces que había importado máscaras, barbas y bigotes postizos. En 1846 se llevó a cabo el primer Baile de Máscaras con ocasión de la introducción de la polca en Brasil. Más tarde, en 1852, surgió el "Zé Pereira", una unión de percusiones dirigida por un maestro. Y así fueron surgiendo, enseguida, todos los instrumentos que se han utilizado hasta nuestros días, como las cuicas, los tamboriles y tambores, los bombos, etc. Fue a partir de 1855 cuando aparecieron los primeros Clubes Carnavalescos, llamados Grandes Sociedades, casi todas asociadas no sólo a la historia del Carnaval sino también a los movimientos sociales de la época.  A partir de ese momento, comenzaron a constituirse otros clubes, dando lugar al nacimiento del Carnaval Carioca (de Río de Janeiro) sobre un modelo europeo con desfiles de máscaras en las calles, formación de blocos (comparsas) y la constitución hasta nuestros días de la gran y variada fiesta popular, llena de colorido y alegría. La apoteosis del Carnaval de Río es, sin lugar a dudas, el desfile de las Escuelas de Samba, un fantástico espectáculo donde la riqueza de la música y la belleza rítmica de los participantes se mezcla con el lujo de los trajes y el esplendor de la decoración de las carrozas alegóricas, por lo general de gran tamaño. El primer desfile no oficial se realizó en 1932 y tres años después se llevó a cabo el primero oficial, en la Plaza Once, donde, durante muchos años, los días de Carnaval se organizaban los blocos (comparsas) que iban a desfilar. La primera escuela que nació en Río fue la "Deixa Falar", fundada en 1928 en el barrio de la Estación, al norte de la capital. El primer desfile con gradas y entrada de público se realizó en 1963, en una de las avenidas más largas de Río, la Avenida Presidente Vargas, situada en pleno centro, lo que originó numerosos problemas de circulación durante los días de desfile. Para evitar estos inconvenientes se inauguró, el 2 de marzo de 1984, un espacio reservado que se llamó Avenida de los Desfiles, más tarde Pasarela de Samba y finalmente Sambódromo, aunque su nombre oficial es Pasarela Profesor Darcy Ribeiro, en homenaje a uno de los políticos más populares de la ciudad. El Sambódromo, que se encuentra igualmente en el centro de Río, es una espléndida obra arquitectónica de hormigón armado, concebida y diseñada por el arquitecto Oscar Niemeyer, que se construyó en un tiempo récord de 120 días. Éste consta de una avenida (Avenida Marqués de Sapucai) en cuyos lados se sitúan la gradas en las que se encuentran unos lujosos palcos donde se reúnen, los días de desfiles, la flor y nata de la sociedad brasileña, así como grandes personalidades llegadas de todas las partes del mundo. El complejo tiene una longitud de 700 metros, maravillosamente alumbrados las tardes de desfile, y se utiliza, ya fuera de la época de Carnaval, para diversas actividades culturales, educativas y deportivas. La concentración de las Escuelas de Samba se hace en uno de los extremos de la Avenida Marqués de Sapucai, sobre la Avenida Presidente Vargas. En el otro extremo se encuentra la zona en la que las Escuelas se van disolviendo, llamada Plaza de la Apoteosis, donde se ubica el famoso Arco de Niemeyer y el Museo del Carnaval. En esta plaza son frecuentes los shows de artistas brasileños e internacionales. No obstante, la fiesta no se limita al Sambódromo, ya que cientos de orquestas, bandas, blocos y escuelas de otras categorías toman las calles de toda la ciudad en los cuatro días que dura el Carnaval.




Carnaval de Trinidad y Tobago
Se trata de uno de los Carnavales más importantes del mundo, junto con los de Río y el Mardi Grass de Nueva Orleans. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando fue traído a la isla por los colonizadores franceses. En sus inicios se trataba de una celebración de la alta sociedad, pero paralelamente la población africana de la isla empezó a extender su visión satírica del mismo. En 1830, con la emancipación de los esclavos, el Carnaval de Trinidad empezó a ser popular y a cobrar la importancia que hoy en día posee sin perder ese espíritu crítico que permanece en las letras del calipso, el ritmo que se baila en las calles. Lo que más llama la atención de la fiesta es su multitudinario desfile, en el que participa nada menos que el 10% de la población de Trinidad (un millón de habitantes), lo que puede suponer una concentración de hasta 100.000 personas. El Carnaval comienza a prepararse con mucha antelación; de hecho, después de la Navidad y el Año Nuevo, las steelbands realizan sus ensayos y surgen los nuevos calipsos, o ritmos típicos de estas fechas en la isla. En enero los participantes empiezan a inscribirse en las comparsas, aquí llamadas bandas, y los disfraces de las diferentes secciones en que se dividen las bandas se muestran en sus sedes. La semana previa al carnaval se suceden algunos eventos, como las veladas nocturnas, donde tienen lugar las finales para elegir el tema musical que se convertirá en marcha oficial de los desfiles, el rey del Calipso, el rey de la Soca o la mejor steelband. La apertura del Carnaval se realiza a la cuatro de la mañana en diferentes centro urbanos, es el llamado J´Ouvert. Miles de personas comienzan a embarrarse de pigmentos, barro, grasa y cacao, y bailan detrás de camiones literalmente cubiertos de cornetas. Aparecen diablos azules, rojos y amarillos, escupiendo fuego, sonando sus cencerros o contorneándose junto a su "demonia". Los desfiles oficiales comienzan el lunes a mediodía en un área del tamaño de un campo deportivo dentro del Queen's Park Savannah, el parque público más importante de Puerto España. Los desfiles de las bandas marcan el clímax del carnaval y anuncian el final de la temporada. Tras un festivo lunes, llega el mayor esplendor en los disfraces, que se reserva para el día final, el martes, que despide el Carnaval.




Carnaval de Veracruz
Sus orígenes datan del año 1866, cuando el país estaba bajo dominio del Imperio de Maximiliano, y los jarochos, siempre dados a la fiesta y el buen humor, solicitaron al Prefecto Superior del Departamento, don Domingo Bureau, permiso para la celebración de la Fiestas de las Máscaras. Éstas consistían en bailes de disfraces realizados en los principales centros sociales de la época. Aunque los festejos tenían lugar exclusivamente en los salones, al dirigirse a ellos, aprovechaban para desfilar por las calles, lo que provocaba que la gente se agolpara en los alrededores para ver pasar a los grupos. Es precisamente aquí donde nace la tradición de los famosos desfiles del Carnaval de Veracruz. Fue en el año 1925 cuando se nombró al Primer Comité Directivo del Carnaval del Puerto de Veracruz. En 1926 nació la figura del Rey Feo del Carnaval, hoy Rey de la Alegría. En 1942 se eligió por vez primera a la Reina Infantil del Carnaval. En 1945, siendo Gobernador del Estado Adolfo Ruiz Cortínez, se aprobó por primera vez un proyecto para la iluminación de los carros alegóricos. Se realizó así el primer desfile nocturno en las principales calles de la ciudad. Así es como se ha llegado a nuestros días, en los que esta Fiesta de Carnaval, considerada como la más importante de México, hace de la noche una belleza y tradición sin igual, que contagia de entusiasmo y alegría a todos los visitantes y a la gente del puerto, que goza y vive los ritmos y bailes. La marimba, el arpa y la guitarra son los instrumentos más usados en su música popular.




Carnaval de Buenos Aires
El carnaval de Buenos Aires ha vivido muchos altibajos desde sus primeras celebraciones, con altibajos, prohibiciones y críticas. En la actualidad la gente capitalina trata de mantener la tradición y celebrar los corsos de Avenida de Mayo. Y cada barrio porteño realiza sus carnavales al ritmo de las murgas  que son infaltables entre serpentinas, papel picado, y hasta agua, harina y lanza-espumas, en estas fiestas en que por unos pocos días, el sentido común se trastoca y el Rey Momo es el soberano de la celebración. Esta fiesta pagana se celebraba en los siglos XVIII y XIX, y fue la más vigilada, temida y reglamentada. El carnaval siempre trató de satirizar lo que consideraban criticable en la realidad socio-política. Y por eso muchas veces fue temido, perseguido o prohibido, por lo que fue debilitándose esta característica carnestolenda. La murga porteña tiene una larga historia. Se estima que ya en el 1600 había surgido como práctica, pero en 1770 aparece documentada. Es en aquella época precisamente cuando comienzan las prohibiciones, para evitar las aglomeraciones espontáneas y callejeras. El virrey Vertiz restringió candombes y carnavales en las calles, “bajo pena de doscientos azotes y un mes de barraca a los que contraviniesen”. El incendio en el teatro La Ranchería, generado por un proyectil que aterrizó sobre el techo de paja, generó la condena del Carnaval por el gobierno y la Iglesia. En 1854 se reanudaron los bailes oficiales y en 1869 apareció el primer corso oficial. El mismísimo Sarmiento participó del desfile en carroza, y cuenta la historia que, en medio de los juegos de agua, terminó todo mojado y condecorado Emperador del corso. Para el comienzo del nuevo siglo ya había 19 corsos locales, influidos por las prácticas que los inmigrantes traían de sus tierras natales. Y para 1920 la murga porteña ya había adquirido sus características propias –con rasgos particulares en cada barrio–, heredera de otras formas anteriores, como el candombe de los negros, la zarzuela española, la tarantela y las ganas de hacer de los protagonistas de cada momento.




Carnaval de Colonia
La historia del Carnaval en Colonia es tan antigua como la de la ciudad. Los griegos y los romanos honraban a Baco, Dios del vino y celebraban su fiesta de primavera con vino y canciones. Los germanos por su parte celebraban el solsticio de invierno como un homenaje a los dioses para expulsar a los demonios del invierno. Al Carnaval callejero como lo conocemos en la actualidad pertenecen desde el siglo XVIII, los disfraces y máscaras de Venecia, aunque por aquel entonces, sólo los llevaban los nobles y ciudadanos ricos. En 1736 se encuentran los primeros disfraces de este tipo en casa de un noble cerca del Neumarkt (un barrio céntrico de Colonia). En 1786 los franceses conquistan Colonia pero les permiten a sus habitantes realizar sus desfiles de Carnaval. Los prusianos por el contrario fueron más estrictos y no les permitieron celebrar esta tradición. Posteriormente se le romantizó y se hizo público. En 1823 se fundó el primer comité de fiestas y el 10 de febrero se celebró por primera vez el desfile de Rosenmontag (lunes de rosas).




Carnaval de Oruro
El Carnaval de Oruro es la fiesta tradicional más espectacular y famosa de Bolivia. Comienza el sábado anterior al Miércoles de Ceniza con la Entrada, un desfile encabezado por el personaje del arcángel san Miguel, vestido con ropas brillantes. Detrás vienen, bailando, los de los diablos más famosos, con una legión de osos y cóndores. El diablo principal, Lucifer, viste el traje más extravagante y va acompañado de Supay, la diosa andina del mal. Esta festividad se origina con la leyenda que relata la aparición de la Virgen María al ladrón “Nina Nina”, que repartía su botín entre los pobres, en la mina llamada desde entonces Socavón de la Virgen, siendo el origen de esta festividad. La mayoría de las danzas representan combates entre el Bien y el Mal, con el triunfo eterno del Bien, pero otras recuerdan historias de pastores, el contacto entre las cultura inca y española o las penas de los esclavos negros. El "Primer Convite" de esta fiesta consiste en el primer ensayo y promesa a la Virgen de bailar por tres años, algunas veces en agradecimiento por alguna gracia concedida, otras implorando algún favor. El "segundo convite" manifiesta y afirma la promesa hecha en el primero. Se caracteriza por la preparación de los conjuntos tanto espiritual como artísticamente. Previo a la Entrada del Carnaval se realizan varias ceremonias, danzas y fiestas preparatorias. El sábado en la mañana se da inicio a la fastuosa Entrada del Carnaval de Oruro. La riqueza en vestimenta y coreografía de esta entrada es considerada como la de mayor del mundo en espectáculos de este tipo. Constituye una expresión cultural, popular y tradicional de valor excepcional, resultado de un proceso que deviene de ancestrales prácticas. Su preparación dura a lo largo del año, con innumerables ceremonias y rituales, siendo el momento de mayor visibilidad y trascendencia en ocasión de las fechas tradicionales de Carnaval.




Carnaval de Nueva Orleans
El Mardi Gras, un carnaval tan famoso como el de Río de Janeiro, se celebra en Nueva Orleans, ciudad ubicada en el Estado de Louisiana, al sudoeste de los Estados Unidos. Durante todas las noches de carnaval, las familias de Nueva Orleans celebran la tradicional costumbre de colocarse desde temprano a lo largo del boulevard St. Charles para observar el paso de carrozas. La denominan la "ciudad que nunca duerme" por su ánimo festivo. El "Martes Gordo" es el día en que la celebración llega a su punto culminante. Las imponentes carrozas comienzan a desfilar a partir de las 17 hs. Sus integrantes, disfrazados de reyes, princesas, dioses, diablos, personajes mitológicos y de la actualidad, saludan y arrojan a la gente brillantes collares de colores. Es divertido ver los apuros por lograr obtener alguno de ellos, desde niños hasta personas mayores, entre gritos y risas, a la par que se consume mucha cerveza, acompañada por panchos y hamburguesas. Si bien después del paso trágico del huracán Katrina, hubo un impasse en la celebración, y aunque no se han olvidado a las víctimas de este fenómeno natural, la ciudad ha retomado sus celebraciones festivas, que son muchas, desde el Mardi Grass, New Orleans Jazz Heritage Festival, Black Heritage Festival, Tennessee Williams Literary Festival, Greek Festival, Carnaval Latino y el Día de la Independencia, entre otras. La ciudad, fundada por los franceses en 1718, y con una mayoría de población esclava, mantuvo una idiosincrasia propia, conserva tradiciones culturales europeas, se rige por la ley romana y no británica y no llega a ser totalmente caribeña en sus costumbres, aunque está influenciada por su cercanía. La Fiesta del Mardi Gras comienza el día antes del miércoles de ceniza, de acuerdo con las festividades del calendario cristiano, y que consiste en una celebración multicultural en que se denotan las raíces e influencias africanas y caribeñas. A la vez, se denomina carnaval a la época de festividades, bailes y desfiles que se realizan desde el 6 de enero, día de la Epifanía, hasta el Mardi Gras.




Carnaval de El Callao
La fiebre del oro al sur de Venezuela atrajo a la población de El Callao una gran cantidad de inmigrantes, en especial de las antillas británicas y francesas, trayendo consigo el calipso, género musical que en el país tomó sus propios rasgos y se convirtió en el centro de la celebración del Carnaval en el Estado Bolívar. El calipso no fue sólo trasplantado a la cultura guayanesa, sino que fue transformado, tomando características propias como: sus fuertes letras, el tono picaresco con que narra sucesos locales y la utilización de instrumentos venezolanos como el cuatro y las maracas. Al ritmo del calipso se realizan durante varios días comparsas de disfraces, en las que bailadores desfilan acompañados por los pobladores. Esta celebración cuenta con unos personajes propios y característicos, que son las Madamas, los Diablos y los Mediopinto. Las Madamas son personajes femeninos que visten ropajes vistosos al estilo de las matronas de Guadalupe y Martinica, además de coloridos pañuelos anudados en la cabeza. Los diablos llevan ropas de color rojo y negro, máscaras y tridentes, que usan para abrir paso a las comparsas. Los Mediopinto son personajes que deambulan en medio del desfile, solos o en grupo, con el rostro y las manos pintadas de negro.




Carnaval de Puerto Rico
El Carnaval de Ponce, Puerto Rico, es el más antiguo de la isla. Celebra estas festividades con desfile de carrozas, baile de danza, ritmos africanos y El Entierro de la Sardina. Hombres, mujeres y niños bailan ritmos de bomba y plena hasta media noche en los alrededores de la Plaza Delicias en Ponce, Puerto Rico. Mientras que en Río, en la ciudad del Yunque, un exótico desfiles de comparsas, máscaras, batuteras, reinas, bicicletas y música de calipso se hacen sentir en la celebración de este majestuoso festival. Es una época de puro sabor y festejo por la calles de Rio Grande, Carnaval del Río en Puerto Rico. Cientos de islenos y turistas se dan cita, con mucha animosidad para participar en una muestra de folclor y elegancia durante el espectáculo.